CELTA

Santi Mina pide paso

Santi Mina, tendido sobre el césped durante un momento del partido del sábado contra el Athletic.
photo_camera Santi Mina, tendido sobre el césped durante un momento del partido del sábado contra el Athletic.

El delantero vigués confirma con su actuación ante el Athletic que merece más minutos

Santi Mina volvió a jugar el sábado contra el Athletic después de tres partidos en blanco y confirmó con su actuación que merece muchos más minutos de los que ha tenido hasta la fecha. Superado su ostracismo inicial (jugó un solo partido en tres meses), el delantero vigués se convirtió entre diciembre y mediados de febrero en un recurso habitual para Eduardo Berizzo, ya fuera como titular o saliendo desde el banquillo. Mina respondió a la confianza del 'Toto' con muy buenos partidos, pero sin embargo acabó volviendo a desaparecer de los esquemas del técnico argentino. Jugó un minuto contra el Atlético y ninguno ante Deportivo, Elche y Villarreal. Hasta el sábado. Contra el Athletic fue el primer cambio de Berizzo y su entrada al terreno de juego coincidió con los mejores minutos del Celta. Fue uno de los futbolistas más destacados del partido y confirmó con su poderosa actuación que de ahora en adelante debería ser un jugador muy tenido en cuenta por el entrenador argentino. 
Santi Mina (Vigo, 1995) es una de las grandes promesas de la cantera celeste. Paco Herrera le hizo debutar en Primera División el 16 de febrero de 2013, con poco más de 17 años, en un Getafe-Celta que fue precisamente el último partido del técnico catalán al frente de la escuadra viguesa. Cuando Herrera le dio la alternativa, Santi Mina –hijo de Santiago Mina Vallespín, defensa turolense formado en la cantera del Barcelona que defendió los colores del Celta entre 1981 y 1984– coleccionaba goles con el equipo juvenil de División de Honor que acabaría alcanzando la final de la Copa de Campeones celebrada en Vigo. Esa misma temporada, fue decisivo en el ascenso del filial a Segunda B.
El curso pasado, dio el salto de manera definitiva al primer equipo gracias a la confianza de Luis Enrique. Aunque jugando todavía con dorsal del filial, disputó 31 partidos entre Liga y Copa del Rey a las órdenes del ahora entrenador del Barcelona, 14 de ellos como titular. Marcó tres goles.
Esta temporada, con un año de experiencia en la máxima categoría y ya como miembro de pleno derecho del primer equipo, debía ser la de su confirmación. Sin embargo, se pagó más de tres meses prácticamente en blanco. Desde que comenzó la Liga, en el mes de agosto, hasta finales de noviembre su protagonismo se redujo a los 67 minutos que disputó contra el Levante –próximo rival celeste– en Balaídos. Un partido de trece posibles y pese a la falta de ritmo participó activamente en la jugada del primer gol de Larrivey en un encuentro que el Celta ganó 3-0.
Su suerte cambió con la Copa. Fue titular en el encuentro de ida de la eliminatoria de dieciseisavos de final contra la UD Las Palmas y marcó el único gol celeste en el estadio de Gran Canaria. Pese a la derrota (2-1), su actuación convenció a Berizzo y el técnico argentino comenzó a contar de manera asidua con el prometedor delantero vigués, internacional con España en categorías inferiores.
Mina participó en doce de los catorce partidos que el Celta jugó desde principios de diciembre hasta mediados de febrero, entre Liga y Copa del Rey. No sólo jugó, sino que además destacó. Firmó dos goles y dos asistencias y fue uno de los mejores futbolistas del Celta en una fase de la temporada que coincidió con el bajón de algunos de sus rivales directos por la titularidad, caso de Manuel Agudo 'Nolito', Orellana o Larrivey.
Sin embargo, Santi Mina volvió a desaparecer. Contra el Atlético su presencia fue testimonial (jugó un minuto) y ni siquiera saltó al terreno de juego ante Deportivo, Elche y Villarreal. Reapareció contra el Athletic y segundos después de saltar al césped en lugar de Álex López protagonizó una bonita acción individual en la que a punto estuvo de batir a Gorka Iraizoz.
Su actuación fue fundamental en la reacción experimentada en la segunda parte por el Celta, que a punto estuvo de remontar el 0-2 con el que el Athletic se fue al descanso. Finalmente, el partido de Mina no sirvió para sumar puntos, pero sí debería servirle a él para ganar presencia en el equipo. Hasta ahora ha jugado sólo catorce partidos, diez menos que a estas alturas de la temporada pasada, pero ha hecho méritos para mucho más.n

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