La hostelería, el comercio y los servicios de transporte en la ciudad viven un momento muy dulce gracias al tirón de la Navidad en Vigo. Desde el pasado sábado, a pesar de la lluvia, el centro de la ciudad no dejó de ser el punto de encuentro para miles de personas a la hora de disfrutar del gran alumbrado de Vigo, permitiendo que los establecimientos más próximos a zonas como Príncipe, Urzaiz o la Alameda hagan su “agosto”.
En los hoteles de la ciudad está previsto cerrar el mes de diciembre con una tasa de ocupación del 75 por ciento –los fines de semana ya están cubiertas el 90-95 por ciento de camas en Vigo—, siete puntos más que en el mismo periodo de 2018. “Estamos logrando una gran facturación y que Vigo deje atrás ese concepto de destino estival”, cuenta César Sánchez-Ballesteros, presidente de la Federación Provincial de Empresarios de Hosteleria de Pontevedra (Feprohos). En el sector destacan que el perfil del visitante se corresponde con familias con hijos y residentes en provincias próximas, por lo que la llegada del AVE sería necesaria para asentar el turismo invernal.
“Se ha tenido que desviar a clientes a hoteles de Redondela, Baiona o Nigrán por no haber disponibilidad en la ciudad. La Navidad de Vigo también produce beneficios en el área metropolitana y ya hay peticiones de agencias para reservas en el puente de la Constitución de 2020”, asegura Jaime Pereira, presidente de la Asociación de Hostelería de Vigo (Ahosvi).
Por su parte, el sector del taxi celebra que Vigo sea una especie de “capital navideña”, logrando aumentar su número de viajes a pesar de las restricciones de circulación establecidas a partir de ciertas horas por el centro de la ciudad. “A veces es muy complicado circular por ciertas zonas, pero una cosa va por la otra. Estamos teniendo mucho trabajo desde el sábado y hemos reforzado un turno del servicio. Estas Navidades presentan mejores perspectivas que las de 2018”, reconoce Manuel Chorén, presidente de la Asociación de Autopatronos del Taxi.
En los restaurantes y cafeterías, el impacto de la Navidad permite aumentar cerca de un 40 por ciento la facturación entre noviembre y enero, logrando que se alcancen beneficios equiparables a los de los meses de verano. “A pesar del mal tiempo no para de llegar gente aunque parezca increíble, sobre todo durante los fines de semana. La Navidad parece no tener techo”, señala Fabricio Núñez, propietario de Dona Vaniri Café en Porta do Sol. Quien también constata un beneficio por la forma de celebrar la Navidad en Vigo es Juan Fernández, lotero en Porta do Sol: “Se venden más décimos del Gordo desde que hay tantas luces”.