El entorno de Porta do Sol congregó a más de 13.000 personas –aforo máximo permitido– para asistir al inicio de la Navidad en Vigo. Los accesos por Príncipe, Elduayen o Policarpo Sanz se cerraron horas antes de que se pulsase el interruptor que activó la iluminación navideña por toda la ciudad, con el público rodeando Porta do Sol desde cualquier esquina, llegando hasta García Barbón, Urzaiz o el final de Elduayen.
Como ya ocurrió el año pasado, tras el encendido las calles del centro se colapsaron ante tal afluencia de gente. Para transitar por Progreso, Colón o mismamente Príncipe, fue necesario armarse de paciencia. A lo largo de toda la tarde, el centro de la ciudad fue aumentando el número de transeúntes que se dirigían hacia Porta do Sol para coger sitio, una situación que se fue acrecentando cuanto más próxima era la hora prevista para el encendido.
Para preservar la seguridad, desde las 16,30 horas, los cuerpos de seguridad fueron cortando el acceso a la “zona cero” desde Gran Vía y la entrada a los párkings subterráneos de la zona centro también se clausuró. A pesar de que se recomendó la llegada en transporte público y que se estacionase en zonas alejadas al centro, horas antes del encendido de la iluminación navideña, los atascos ya se hicieron notar e incluso la grúa municipal tuvo que actuar para retirar algunos automóviles.