Los primeros resultados confirmados de los comicios municipales parciales celebrados este jueves, en el Reino Unido, dieron victorias clave para los "tories", como la obtenida en la circunscripción inglesa de Hartlepool, y pusieron contra las cuerdas el liderazgo laborista de Keir Starmer, que ve cuestionado su proyecto. Tras un intenso "superjueves" electoral, percibido como un termómetro fiable con el que medir los afectos políticos de la ciudadanía, prosiguió ayer con lentitud el recuento de votos, aunque se espera que el escrutinio se complete este fin de semana.
A juzgar por los datos que ya se conocen, todo apunta a que los "tories" han arrebatado un terreno sustancial a los laboristas en el primer gran examen al que se expone la dirección de Starmer.
El primer gran mazazo llegó con el rotundo triunfo conservador obtenido en la elección parcial de Hartlepool (noreste inglés), donde se elegía candidato para reemplazar a un diputado nacional y donde se puso fin a 57 años de dominio laborista. La conservadora Jill Mortimer se impuso cómodamente en esa circunscripción con 15.529 votos -un 51,88%-, con 6.940 papeletas de ventaja sobre el aspirante laborista Paul Williams.
Se trata, además, de la primera vez en la historia que una mujer es escogida para ocupar el escaño de Hartlepool, que pese a ser un bastión laborista votó masivamente a favor del brexit en 2016.
Esa fuerte derrota activó desde primera hora las alarmas en el seno laborista. Sucesivas decepciones, como la que sufrieron en la alcaldía de Tees Valley -otro de sus antiguos bastiones electorales que formaban el llamado "Muro Rojo"-, hicieron apuntar todas las miradas hacia su líder.
ESTUPOR EN LA IZQUIERDA
"Perdimos la confianza de los trabajadores". Con esa frase lapidaria Starmer reaccionó a los pésimos resultados que se fueron anunciando ayer. Starmer asumió "toda la responsabilidad" por los comicios y aseguró que hará "todo lo que sea necesario para arreglar" la situación del partido. "Me hago responsable de recomponer las cosas" y avanzó que "en los próximos días" anunciará los "cambios" que considera necesarios.
Starmer sucedió en abril de 2020 al frente de la formación a Jeremy Corbyn tras la debacle electoral de diciembre de 2019, cuando el laborismo cosechó su peor derrota en casi un siglo y que permitieron al conservador Boris Johnson gobernar con mayoría absoluta.
