Alta tensión en el mar Rojo tras atacar EEUU a los hutíes

Combatientes hutíes corean consignas en Sanaa, Yemen.
photo_camera Combatientes hutíes corean consignas en Sanaa, Yemen.
Arabia Saudí y Jordania advierten que se está empujando a la región “a más conflicto y más guerra”

El ataque de Estados Unidos y Reino Unido la noche del jueves contra más de 70 posiciones de los rebeldes hutíes de Yemen, en lo que ambos países describieron como una maniobra de carácter “defensivo” ante los ataques insurgentes de las últimas semanas contra el comercio en el mar Rojo, eleva la tensión entre la comunidad occidental y el mundo musulmán.

La campaña de la insurgencia hutí contra el tránsito comercial por el mar Rojo comenzó como un acto de solidaridad con la causa palestina tras el estallido de la guerra, el pasado 7 de octubre, pero coincidió además con un momento enormemente importante para la situación interna en el país: el anuncio de la reanudación, a finales del año pasado, del proceso de paz en Yemen con los primeros pasos para la confección de una nueva hoja de ruta para poner fin a casi una década de guerra civil que ha devastado el país.

Libertad de navegación

“Estos ataques eran defensivos y estaban diseñados para preservar la libertad de navegación en una de las vías fluviales más vitales del mundo”, ha señalado el portavoz en funciones de la OTAN, Dylan White, en declaraciones recogidas por Europa Press. La acción liderada por Washington y Londres con el respaldo de otros aliados como Canadá, Alemania, Países Bajos y Dinamarca.

Durante el último año y medio, Yemen vivió en medio de una disminución de la violencia después de una tregua que finalizó formalmente en octubre de 2022, si bien sus términos se han mantenido en gran medida hasta ahora, incluso sin un acuerdo formal entre la insurgencia hutí y el Ejército yemení, las partes en conflicto. No obstante, los recientes ataques hutíes contra los barcos que navegan en el mar Rojo, en solidaridad con la causa palestina durante la guerra entre Hamás e Israel, y la consiguiente reacción de Londres y Washington amagan con provocar un nuevo colapso del conflicto, meses después de escaramuzas y violencia en algunos puntos del país.

En este contexto, los dos grandes actores internacionales de la guerra civil yemení han protagonizado algunas de las primeras reacciones a los ataques de Reino Unido y EEUU. Arabia Saudí llamó inmediatamente a la contención aun reconociendo la importancia de mantener la seguridad en la ruta del mar Rojo. Más contundente se mostró Irán, que denunció los bombardeos como una “clara violación de la soberanía e integridad territorial de Yemen” que “alimentará la inestabilidad en la región”.

Jordania se sumó inmediatamente a las críticas al esgrimir, en palabras de su ministro de Exteriores, Ayman al Safadi, que la escalada de ataques en el mar Rojo son consecuencia de la política israelí, una que “empuja a toda la región hacia más conflicto, tensión y guerra” por su ofensiva contra la Franja de Gaza. 

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