Muere Pepe Domingo Castaño, comunicador gallego referencia en la radio

Imagen de archivo de Pepe Domingo Castaño. // Europa Press
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El gallego Pepe Domingo Castaño, un clásico de la radio deportiva, falleció en Madrid a los 80 años

La radio, la prensa y el deporte despertaron ayer con la inesperada noticia de la muerte de Pepe Domingo Castaño a los 80 años, maestro y leyenda de las ondas, al que compañeros y amigos se niegan a despedir con un “adiós” y recuerdan con su característico “¡hola, hola!”.

De esta forma arrancaba cada programa. El último que presentó, desde 2010, “Tiempo de juego” de la cadena COPE, le dedicó ayer un emotivo especial en el que no faltaban homenajes y anécdotas.

Estaba en un “momento vital que le encantaba, con más horas para él mismo, para su familia y para sus amigos... Un abuelo orgulloso y feliz, un padre más cercano  y un marido con Tere tan cómplice y tan de verdad como en los últimos años”, decía ayer su compañero Juanma Castaño antes del especial de “Tiempo de juego”.

Pepe Domingo Castaño murió de madrugada en Madrid “como a él le hubiera gustado, rápido, sin dar guerra”, de forma repentina, explicaba Manolo Lama. El sábado llegó por su propio pie al Hospital de La Zarzuela, donde acudió por un dolor de garganta y una afonía que se “complicaron más de la cuenta”. Falleció en la madrugada acompañado de su mujer María Teresa Vega, Tere; de sus hijos Hugo y Óscar, y de su inseparable Paco González, compañero en las ondas “durante treinta y pico años” y que ahora está “totalmente viudo de ese micrófono”, confesaba Juanma Castaño. El periodista sufrió una septicemia que le causaba un fallo multiorgánico, lo que le provocó su muerte sobre las 02.00 horas.

El locutor sufría una infección de garganta que no terminaba de curarse, pese al tratamiento con diferentes antibióticos. Finalmente la infección dejó sin voz al locutor, que acudió por su propio pie hasta el hospital. Cientos de mensajes inundaron las redes sociales de mensajes de cariño: desde su amigo Julio Iglesias hasta deportistas como Iker Casillas, Rafa Nadal o Fernando Alonso, entre otros muchos.

El locutor, con cuatro premios Ondas, nació un 8 de octubre de 1942 en Dodro (A Coruña), ayuntamiento del que es hijo predilecto por su implicación con la comarca del Sar y por ser uno de sus grandes y fieles embajadores.

De Galicia tenía Pepe Domingo “todo”. Adoraba pasar los veranos en Mera (A Coruña) y de su tierra, contado por él mismo, se quedaba con la luz, el calor, el color, con su ir y venir por restaurantes, casas de comidas y bares de tapas con bocados inevitables, y, en suma, con su cotidianidad.

Este versátil comunicador, al que le gustaba mucho más agradar que picar, se quedaría con todas sus facetas pero, si tuviese que elegir, “obligatoriamente” ganaría la radio, una cita textual, por ser el medio que más satisfacciones le ha dado, donde mejor se ha sentido y donde ha vivido plenamente todos los anhelos que tenía cuando siendo un adolescente combinaba sobredosis de trabajo y sueños y se contaminaba de la imaginería de otros.

Pepe Domingo supo gozar de la popularidad de andar por casa tanto como de su afición y pasión por por cantar -cantó en grupos como Los Ibéricos y Blue Sky-, y hacía muchos años que solamente demostraba algo de aquello en la radio, “un poquito de vez en cuando”, y en las fiestas con amigos.

Su carrera musical despegó cuando se convirtió en número uno de Los 40 Principales con “Neniña”. Y, de aquel entonces, rememoraba su “pinta”, con el pelo largo, los pantalones campana, la camisa abierta... “Gracias Pepe por hacernos felices”, le decían sus oyentes en la radio y eso era lo que más le gustaba escuchar.

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