Alberto Varela inició ayer su segundo mandato en Vilagarcía con mayoría absoluta
Fue la gran sorpresa de la jornada por inesperada. Cuando los pactos tácitos dictan que los partidos de izquierda suman en Galicia para arrebatarle las alcaldías al PP, esta vez fue al revés. Los populares de Catoira decidieron con sus votos que fuese el BNG quien ostente el gobierno de este municipio, aunque en una muy frágil minoría. Se rompían 30 años de mandato del socialista Alberto García. Todo un terremoto político en un feudo histórico del PSOE.
Todo sucedía en el propio pleno de investidura de ayer y por sorpresa. Tanto que Alberto García se negó a entregarle su bastón de mando a su sucesor, Xoán Castaño, desde este sábado nuevo regidor, y decidió abandonar el pleno.
El PSOE había resultado en las elecciones del pasado 28 de mayor primera fuerza política, con 5 concejales —aunque perdía la mayoría absoluta—, mientras que el PP conseguía 3 y el BNG otros 3.
El BNG ya había anunciado que presentaría su propio candidato con el fin de acabar con 30 años de gobierno de Alberto García.
Al término de la sesión, los nacionalistas negaron que existiese un pacto con los populares, mientras que estos reclaman que se forme enseguida un equipo de gobierno en coalición con el PP.
En Vilagarcía, por su parte, el PSOE cuenta con una mayoría absoluta que le garantizaba la continuidad en el cargo de Alberto Varela, por lo que el pleno de investidura de ayer se desarrolló con total normalidad. Los socialistas consiguieron en las pasadas elecciones no solo conservar el gobierno, conseguido en 2015, sino revalidar su posición con 12 concejales.
meaño
Donde también hubo sorpresas fue en Meaño. Carlos Vieites (PP), con seis concejales y que concurría por primera vez al renunciar a presentarse la alcaldesa Lourdes Ucha, fue investido al renunciar el PSOE, con dos ediles, a recibir el apoyo de los independientes de MI, que cuentan con 5 concejales.
