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El jefe del Estado Mayor cesa después de recibir la vacuna

El JEMAD dimite tras vacunarse pero se marcha con la "conciencia tranquila"
photo_camera El JEMAD dimite tras vacunarse pero se marcha con la "conciencia tranquila"
Miguel Ángel Villarroya se marcha "con la conciencia tranquila" y tras cumplir con los protocolos

nnn El jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general Miguel Ángel Villaroya, presentó ayer su dimisión a la ministra de Defensa, Margarita Robles, que inmediatamente la aceptó tras conocerse que se vacunó contra el covid-19. Veinticuatro horas después de publicarse que la cúpula militar había recibido la primera dosis de la vacuna, el general Villarroya, cabeza de los ejércitos en su condición de Jemad, presentó su cese, aunque se marcha con "la conciencia tranquila".
Robles le pidió el viernes un informe sobre las vacunaciones de él y otros generales del Estado Mayor de la Defensa (EMAD) antes de tomar cualquier decisión sobre su futuro. Y ayer, a primera hora de la mañana, el general presentó su dimisión a la ministra, que la aceptó inmediatamente, informaron fuentes de su departamento, si bien su salida no fue la primera por la polémica de las vacunaciones de mandos del EMAD.
Porque el día de ayer arrancó con la destitución del oficial de enlace de la Guardia Civil en el EMAD, que fue cesado el viernes "con carácter inmediato" por orden del Ministerio del Interior, el órgano competente para ese cargo, "tras recabar y analizar todos los informes pertinentes", informaron fuentes del departamento qu dirige Fernando Grande-Marlaska.

Preservar la cadena de mando
Defensa seguía sin actuar hasta que por la tarde el EMAD remitió un comunicado informando de que a primera hora Villarroya había enviado una carta a la ministra para presentar su cese. "El Jemad, en el cumplimiento de sus obligaciones, de acuerdo a los protocolos establecidos y con la única finalidad de preservar la integridad, continuidad y eficacia de la cadena operativa de las Fuerzas Armadas, ha tomado recientemente decisiones que considera acertadas y que nunca han pretendido aprovecharse de privilegios".
Pero que, añade la nota, "están deteriorando la imagen pública de las Fuerzas Armadas y poniendo en duda la honradez del general Villarroya", de manera que, para "no perjudicar esa imagen", el general presentó su dimisión a Margarita Robles.
El EMAD da cuenta en su comunicado del contenido de la carta del general Villarroya, en la que, no obstante, no hay ningún arrepentimiento ni disculpa pública, pues asegura que se marcha "con la conciencia tranquila". En su carta, continúa la nota del EMAD, Villarroya defiende su actuación "honesta y dominada por el espíritu de servicio y de amor a España", dejando claro que "siempre se ha esforzado en servir de ejemplo a sus subordinados y en hacer lo correcto". Y destaca que, "desde que asumió hace un año sus responsabilidades como Jemad, uno de sus principales ejes de trabajo ha sido que las Fuerzas Armadas se acerquen al resto de los ciudadanos y sean mejor comprendidas".
A la espera de conocer el contenido del informe sobre la vacunación remitido a Robles, fuentes del EMAD adelantaron ya su postura: ha seguido el protocolo que se aplica a las Fuerzas Armadas, distinto al civil y que viene establecido por la Subsecretaría de Defensa. Según dicho protocolo, precisan las fuentes, al Jemad y otros generales les correspondía la vacuna, por edad, una vez se había administrado a los sanitarios del Estado Mayor y a todos los militares que se iban a ir a una misión, tanto en el extranjero como en territorio nacional. La vacuna, señala el EMAD, se le ha inyectado también a militares y civiles implicados en la planificación, dirección y coordinación de las operaciones de otros escalafones. 

Malestar entre asociaciones de militares y de guardias civiles

La Asociación Unificada de Militares (AUME) pidió a Defensa que explique por qué se han "colado" mandos del Ejército en la vacunación y reclamó que se asuman responsabilidades por parte de aquellos que "no solo deben dar ejemplo", sino también cumplir con lo establecido por Sanidad.
Para la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), primero deben vacunarse las personas de grupos de riesgo y "aquellos que luchan en primera línea de batalla, desinfectando residencias y edificios públicos, trasladando enfermos y cadáveres, limpiando las carreteras y calles del hielo" y "después, ya le tocará al personal que desde sus despachos u oficinas, dirige las operaciones".
Igualmente, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) reclamó que sean los agentes en servicios operativos los primeros en recibir la vacuna frente a la covid y solicitó tener acceso a la información sobre el Plan de Vacunación en el cuerpo.
Quien se adelantó ya fue el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, José Manuel Santiago Marín, que el viernes remitió una instrucción en la que advierte a su personal de que nadie deberá ser vacunado antes de que le corresponda, ni podrá aceptar ofrecimientos, incluso en situaciones de vacunas sobrantes. n

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