Laura Llader: "Me apasiona lo que causa el baile, he visto a niños con autismo empezar a hablar"

Laura Llauder visitó Atlántico para hablar de danza.
photo_camera Laura Llauder visitó Atlántico para hablar de danza.
“El cuerpo siempre me pidió bailar, desde niña, y tuve la suerte de contar con coreógrafos espectaculares como Antonio Durán ‘Morris’", dice la bailarina y profesora de danza

Laura Llauder es una apasionada del baile. Cuenta con varios premios internacionales, al que sumará uno más el 15 de mayo, siendo reconocida en Nápoles por su excelencia en el arte terapéutico. Es la directora del Proyecto Eudanza, del que forma parte el  colegio O Pelouro, en Caldelas de Tui. 

 

 

 Imagino que contenta por ese reciente premio (fue anunciado el mismo día de la realización de esta entrevista).

Muy contenta. Ya va un tiempo donde se me reconoce toda una trayectoria de amor y pasión por el baile y por ayudar a las personas con la danza-terapia. Es el premio a la excelencia como arte terapéutica de ámbito internacional. Hace poco recogí uno que me dieron en Suiza que se llamaba Universum Donna. Al final, cuando te implicas en lo que amas y lo haces con mucha pasión y con rigor, al final el público te lo reconoce. Tengo un vínculo muy bonito con Italia, voy todos los años. 

¿Cómo nace ese germen del baile en Laura Llauder?

Nací con eso, porque amaba bailar. Era lo que el cuerpo siempre me pedía. Tuve la suerte de tener a disposición el colegio O Pelouro, que abrieron mis padres, y desde muy pequeña recuerdo que pasaban grandes coreógrafos a enseñarme. Morris, por ejemplo, fue mi profesor de teatro. Yo me nutrí con el arte, pero también era una escuela de inclusión, donde se trabajaba con niños con diversidad funcional. Me formé como danza-terapeuta profesional, aunque yo esa inquietud ya la tenía. Veía desde chica como bailaban los compañeros y me apasionaba el cambio que se producía en la persona, he visto a niños con autismo empezar a hablar, y eso me hizo centrarme en ese aspecto. 

Eudanza llegó a ser de los primeros proyectos inclusivos de danza de España. 

Y de los primeros de Europa. En 2023 ya bailábamos en la plaza de San Marcos de Venecia. Ves la diversidad pero, al mismo tiempo, cada uno baila su movimiento auténtico. Y que todo ello les produce un bienestar físico, psíquico y emocional. A su vez, a nivel sociedad se van creando vínculos. No hay bullying, ni diferencia de género. Eres tú, tu cuerpo y la música y eso es lo bonito de la integración, porque también tenemos niños que no tienen ningún problema y, al visibilizarlo, se rompen esos clichés. Todos somos iguales en ese proceso de creación artística y existe un respeto a la diferencia increíble.

¿Llega a ser importante el baile para su formación?

Sobre todo para su cerebro. Con la danza se crean más conexiones neuronales. Todo lo que sea elevar las energías, siempre es positivo. Incluso en un cambio postular puede ayudar a tu cerebro. Cuando estás deprimido, la cabeza la bajas más, y eso repercute negativamente en tu estado de ánimo. Entonces, si tú estás bailando, expresándote y ampliando movimientos, eso repercute positivamente en tu circuito neuronal. 

Ha bailado en escenarios de todo el mundo pero, ¿cuál le gustó más?

Bailar en la plaza de San Marcos, en el festival de Venecia y ante 5.000 personas ha sido brutal. Ves la capilla de San Marcos mientras lo haces y es emocionante. El Liceo de Barcelona también es impresionante y el Stratos, de Atenas, que tiene un pórtico precioso. Ahí te das cuenta que cada cultura tiene su forma de expresarse, pero la gente se limita mucho al decir que no sabe bailar; mientras te lata el corazón, tienes ritmo. Es una pena que se pierda, porque hay un montón de danzas sencillas y minimalistas y donde pueden hacerlo hasta personas de 90 años.

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