Los coches chinos irrumpen en Vigo y la provincia: crecen las ventas

Un coche de la marca china Omoda en el Salón del Automóvil que se celebra esta semana en Vigo.
photo_camera Un coche de la marca china Omoda en el Salón del Automóvil que se celebra esta semana en Vigo.
Galicia registra en lo que va de año cerca de 250 matriculaciones de siete marcas procedentes del país asiático

Los fabricantes automovilísticos chinos irrumpen en Galicia, donde ya se comercializan siete marcas del país asiático. Son BYD, que es el líder mundial de vehículos eléctricos, MG, Omoda, Lynk&Co, DFSK, Seres y SWM las que matricularon vehículos entre enero y febrero hasta un total de 243 ventas registradas en la comunidad gallega. 

Encabeza la provincia de A Coruña con 98, le sigue Pontevedra con 63, Lugo con 49 y Ourense con 33, según datos de las patronales Anfac, Faconauto y Ganvam. Vigo y provincia comercializan coches de tres marcas chinas con Morris Garage (MG) a la cabeza, 59 unidades. 

 

 

Esta enseña llegó a ser líder de ventas en España durante dos meses el año pasado con uno de sus modelos, el MG ZS, y el Peugeot 2008 que fabrica Stellantis Vigo de segundo. Ambos son del segmento SUV. 

Las matriculaciones en España de coches fabricados en China rozaron las 4.900 unidades en los dos primeros meses del año con una docena de marcas que se comercializan en nuestro país. Eso sí, no todas están físicamente en los concesionarios, sino que hay que adquirirlos por internet. MG es el líder indiscutible con más de 4.000 ventas. BYD, DFSK, DR, Hongqui, Link&CO, Omoda, Polestar, Seres, SWM, Yudo y Zhidou completan la lista.

La ofensiva automovilística china abarca eléctricos, SUV, de bajo coste y microcoches, que irrumpen con fuerza en el continente, donde la Comisión Europea prevé medidas. La CE estudia si imponer aranceles con carácter retroactivo a los fabricantes de automóviles de batería eléctrica procedentes de China tras observar importaciones masivas de casi 200.000 vehículos entre octubre de 2023 y enero de 2024, lo que supone un crecimiento anual de un 14%. "El riesgo repercutirá negativamente en el empleo y en el rendimiento general de los productores de la Unión. Constituiría un perjuicio difícil de reparar", recoge el documento comunitario al que tuvo acceso Europa Press. Si la investigación de la CE concluyera que la industria nacional sufre un perjuicio importante podrá imponer la recaudación de derechos compensatorios sobre las importaciones a modo de reparación.

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