BALONMANO

"Tranquilo, Abel, calma"

Antonio Fereira posa delante del cartel de la campaña de abonados con su imagen.
photo_camera Antonio Fereira posa delante del cartel de la campaña de abonados con su imagen.
El delegado Antonio Ferreira, de 73 años, protagoniza la campaña de socios del Porriño

Muchas veces escuché sus broncas cuando protestaba al árbrito. Venía y me decía: tranquilo, Abel, calma", explica el presidente del Balonmano Porriño Abel Estévez sobre la figura de Antonio Gonzalo Ferreira, ahora delegado de campo del equipo de División de Honor y que lleva toda una vida en el club, desde su nacimiento, ejerciendo todo tipo de funciones. 

“Por eso quisimos hacer la campaña de socios con él este año. Tiene unos valores deportivos muy buenos y siempre ayuda en lo que haga falta. De delegado, llevando a los niños, con la mopa… Siempre está”, expresa el dirigente del club porriñés. Y así, como homenaje a una figura más que conocida en la localidad del río Louro, surgió la idea de poner la imagen de Tonio en los carteles. “A min díxomo Abel e adiante. A axudar", expresa el veterano hombre para todo del club. 

Porque Antonio Gonzalo Ferreira lleva más de media vida de sus 73 años en el Municipal porriñés. “Acórdome perfectamente cando comecei a voltas co balonmán. A afección chegou por ver ó Teucro e ó Octavio. Aí entroume a ilusión. Xa non recordo os anos que hai diso. Hai máis de trinta e cinco. Despois comecei a ver partidos en Porriño e ata hoxe”, resume. Y lo hizo, curiosamente, tras no vestir nunca la camiseta de un equipo para jugar. “Nunca xoguei a balonmán, si que o fixen ó fútbol. Fun xogador, adestrador e tamén árbitro. E agora, mira ti, gústame pero non tanto. O balonmán é o que levo dentro”, expresa Antonio Ferreira. 

Sus funciones son diversas, siempre atento para ayudar, como delegado, como responsable del agua, como anotador, para llevar jugadores a los partidos… Lo que se precise en cada momento. “Vivo moito o balonmán. Venres, sábado e domingo estou aí. E tamén os días que sexa necesario. Estou con todos os equipos. Se toca delegado, de delegado. Cando toca mesa, de anotador. O que se precise”, explica.

Y así está cada día de partido en el Municipal porriñés, aunque con una pequeña excepción porque todo el mundo tiene sus vicios. “No viene cuando le toca ir a baile, que también es su afición”, admite Abel Estévez. El mandatario lleva una vida con él porque “cando chegou ó club Abel de alevín eu xa estaba aquí”, expresa Ferreira. Lo confirma el dirigente y entrenador: “Siempre estuvo y, cuando comencé a centrarme en los banquillos, viajó con nosotros a muchos partidos”. Y, así, llegaron innumerables anécdotas de una persona de gran trabajo.  “Viajó conmigo a un Campeonato de España en el que quedamos sextas y es muy espontáneo. Al terminar un encuentro, nos pidió quedar cerca del centro porque había un Barça-Madrid. Y le preguntamos: ¿Tienes entrada? Va él y me dice: “que va, yo voy a ver el ambiente. No pago por ir al fútbol”. 

Un detalle tras otro para contar en el Municipal porriñés porque Antonio Ferreira destaca por la cercanía y la espontaneidad. Se apuntó a la sesión de fotos porque “ayuda en todo y fue muy divertida, por cómo es él. Lo pasamos muy bien". Y esta temporada está su fotografía en los carteles para los abonos en el pabellón y por el pueblo. Lugar por el que pasea habitualmente y "a toda la gente que conoce así del balonmano, ya le recuerda que hay partido. La frase: ‘mira que el sábado hay partido es muy de él’”, detalla con precisión Abel Estévez. 

El presidente rememora a la perfección esas broncas que recibía de vez en cuando porque tiene “unos grandes valores deportivos. También intenta calmar a los contrarios, que ya lo conocen y lo quieren”. De hecho, el propio Antonio Ferreira recuerda al recientemente fallecido Fran Teixeira con cariño: “Ese si que levaba o balonmán dentro”. Y, también, viene a su memoria sus pequeñas batallas con el histórico técnico vigués. “Coñecín moita xente aquí de balonmán. Chavales, maiores, adestradores... Morreu hai pouco, pero que 'mala leche' tiña Fran Teixeira. Sempre lle dicía: tranquilo, Fran, tranquilo”. 

Y Abel Estévez continúa enumerando las virtudes de la peculiar personalidad de Ferreira. “Muchos tienden a dar más cariño o reconocer más a las jugadoras que destacan, pero él es lo contrario. Nunca dice nada al entrenador, pero cuida más a las jóvenes, a las que acaban de llegar o a las que tienen menos minutos”, relata el técnico y presidente. Y añade que "si una de estas que juega menos marca un gol, siempre va a felicitarla". 

Un detalle tras otro que le hacen tener todo el cariño del Balonmano Porriño. Y con dos detalles que todavía hacen un poco más particular su amor por el club y el balonmano. El  primero es el mencionado comienzo en el fútbol y, el segundo es que “la gente que se acerca para colaborar es porque tiene a algún familiar, pero él no. No tuvo a ninguno, sólo comenzó porque conocía a las primeras directivas, se enganchó y hasta aquí”, relata Abel Estévez. 

Mañana, a las 20:30 horas -salvo que haya clase de baile-, Antonio Ferreira estará en la banda con el brazalete de campo para controlar que todo marche bien en el duelo entre el Conservas Orbe Rubensa Porriño y el Super Amara Bera Bera de Donosti. En las paredes estarán esos carteles con su figura y, seguramente, alguna pregunta caerá por parte de la delegación visitante (un clásico de División de Honor) sobre su nueva faceta como modelo. Será una tarde más con su segunda familia, la deportiva, porque, como explica el presidente Estévez, tiene “su familia fuera del balonmano y tiene la segunda, que es la del Balonmano Porriño: Estamos muy orgullosos de él”.

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