No fueron tablas de salvación. No, al menos, de momento. Porque el empate que el Cangas cosechó ayer en O Gatañal frente al Huesca no le permite celebrar un año más en la máxima categoría del balonmano español, pero sí evitar el descenso. Esta igualada propició que el ganador del Guadalajara-Sinfín, en este caso el equipo cántabro, se adjudicase la permanencia matemática. La escuadra alcarreña confirmó con su derrota que el año que viene competirá en Plata. Los morracenses tratarán de eludir la misma suerte en una eliminatoria a doble partido contra el Trops Ciudad de Málaga, tercer clasificado en la fase de ascenso -por delante del Novás-. Será en una eliminatoria a doble partido y a cara de perro. El que gane juega en Asobal; el que pierda, en la segunda división.
El equipo cangués necesitaba ganar y que el conjunto cántabro no puntuase en Guadalajara para evitar el descenso directo y la promoción. Ninguna de las dos circunstancias se dieron, y ahora el conjunto que dirige Nacho Moyano se encontrará en la pelea por la salvación con el Ciudad de Málaga, al que este curso ya apeó de la fase final de la Copa del Rey con una agónica victoria en la prórroga en tierras andaluzas. En aquella ocasión fue un gol ganador de Juan del Arco el que metió a los de azul entre los ocho mejores de la competición del KO. Ahora, entrará en juego también el factor O Gatañal.
Ayer también lo hizo, pero con la baja de última hora de Moisés Simes, al que Nacho Moyano no quiso forzar, el Cangas se encontró desde el primer minuto con el internacional brasileño Leo Tercariol, un muro en la portería del Huesca. Sus paradas y los goles de Mosquera dieron el mando del partido al equipo de Nolasco, lo que aumentó las dudas de su rival, acelerado en su juego y muy errático en la finalización. La presión por la situación límite se dejaba notar en la pista. Más, teniendo en cuenta que el conjunto morracense también jugaba en Guadalajara y que ambos encuentros transcurrían con la máxima igualdad. Cualquier cosa podía pasar.
Los continuos fallos del conjunto azul dieron mucha tranquilidad al Huesca, que se apoyó en su defensa y en Tercariol para mandar con rentas de tres goles (5-8, 14-17, 18-21). Ni la pérdida del portero brasileño -se tuvo que retirar de la pista tras recibir un golpe del portugués Jenilson Monteiro- frenó a la escuadra oscense, muy metida en el choque pese a no jugarse nada más que la honra competitiva. Arguillas mantuvo el nivel de su compañero y los visitantes siguieron por delante hasta que Nacho Moyano paró el partido consciente de que se le iba (21-24, min. 51).
A partir del tiempo muerto del técnico madrileño, sus pupilos elevaron la intensidad defensiva y voltearon el marcador con un parcial de 4-0. Esa reacción desató la locura en O Gatañal. Pero el conjunto visitante no se entregó. De este modo, el choque entró en el último minuto igualado. El Sinfín ya había ganado, así que el resultado del templo cangués no iba a alterar nada. Aun así, el cuadro local dispuso del último ataque para ganar, pero, finalmente, no lo logró.
