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El sobreesfuerzo final

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Hugo Mallo jugó ante el Espanyol con un dedo del pie roto y Aidoo con una pequeña rotura

Del sufrimiento anímico y mental de toda la expedición del Celta el pasado domingo en Cornellá se ha escrito y se ha visto mucho. La agónica salvación, dependiendo de lo que sucedía en Butarque y radiado a través del teléfono móvil de Denis Suárez en la grada, llevó al extremo a los protagonistas. Pero dicha pasión se unió, en algunos de los casos, a lesiones con las que tuvieron que lidiar sobre el césped, realizando un sobreesfuerzo físico.
Dichos dolores se centran, principalmente, en la línea defensiva, aunque el cansancio era general en toda la plantilla. Hugo Mallo disputó la totalidad de los minutos de ese último partido con un dedo del pie –tercer metatarsiano– roto. El capitán convivió las últimas semanas con dicho problema y para el encuentro ante el Espanyol fue infiltrado, además de llevar el dedo dañado protegido por una férula. Al lateral derecho se le hizo eterno el final de temporada debido a este molesto problema.
A su lado en la línea de retaguardia se situó Joseph Aidoo, quien no había podido jugar ya ante el Levante. Sí lo hizo contra el Espanyol pese a padecer una pequeña rotura muscular, arriesgando a un lesión mayor. La pésima situación física de los centrales así lo hizo necesario, ya que tampoco Jeison Murillo ni Néstor Araujo estaban en plenitud.
Murillo, que sí jugó, tenía una elongación y sobre el campo se pudo apreciar que intentó controlar al máximo sus movimientos. Araujo, que estuvo en el banquillo, sufrió un fuerte golpe ante el Levante y tenía una contusión craneofacial que necesitaba de descanso para evitar nuevos golpes.

Una defensa en cuadro para el partido de la agónica salvación

El Celta llegó a la última jornada con una defensa de circunstancias no por los nombres, sino por el estado físico de la gran mayoría de sus componentes. Hugo Mallo jugó con el dedo de un pie roto, Joseph Aidoo lo hizo con una pequeña rotura muscular y Jeison Murillo con una elongación que le hizo limitar sus desplazamientos. Además, Néstor Araujo estaba en el banquillo pero con un fuerte golpe en la cabeza. Y hay que recordar que ya faltaban por lesión el primer y segundo portero, Rubén Blanco y Sergio, y un lateral, David Juncá. 

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