El Porriño resolvió sin mayor dificultad su encuentro frente al Rotweiss Thun (21-35), ayer en Vila Nova de Gaia, solo un día después del también cómodo triunfo del Guardés ante el mismo rival y en idéntico escenario.
El equipo de Isma Martínez cuajó una buena segunda parte, que le permite seguir evolucionando de cara al inicio de la División de Honor dentro de 15 días. Sin embargo, el compromiso deja mal sabor de boca al colectivo de A Louriña ya que que se zanjó con dos lesiones a sumar a la plaga de bajas que padece el conjunto rojo. La de Mica Casasola, que no es de gravedad, y la de la canterana Laura Raimundez, que lamentablemente tiene mucho peor aspecto. Un giro feo de su rodilla hace temer una dolencia de importancia y serán las pruebas las que determinen su alcance.
Estas lesiones se unen a una plaga que mantiene al colectivo porriñés con apenas tres primeras líneas esta pretemporada. Además, Thais Fermo todavía no ha podido tramitar el papeleo para regresar desde Brasil. En el club esperan que esta situación se pueda resolver esta misma semana.
