RUBÉN FERNÁNDEZ. Piloto vigués, noveno en el Mundial de MX2

"Mi padre y mis hermanos corrían, lo llevo en la sangre"

Rubén Fernández poso con un moto en su casa familiar de Sárdoma.
photo_camera Rubén Fernández poso con un moto en su casa familiar de Sárdoma.

Rubén Fernández (Vigo, 21 de febrero de 1999) finalizó la temporada de motocross en la novena posición del Mundial en MX2 y obtuvo el título de España en esta categoría, lo que le permitió fichar por el equipo de Honda para la próxima campaña. En ella buscará "pelear entre los cinco primeros y conseguir algunos podios". 

¿Terminó contento con la temporada?
Finalicé noveno en el Campeonato del Mundo y gané el de España. Pudo haber salido mejor, pero hubo alguna retirada por problemas con la moto y me impidió estar más arriba. Pero estuvo bien. 

La pandemia obligó a concentrar la campaña en poco tiempo, ¿cómo lo gestionó?
Resultó bastante estresante porque se juntaron todas las pruebas al final y hubo semanas con tres carreras en el mismo circuito. Si tienes una caída o una lesión, aunque sea pequeña, te va a molestar en todas, a lo que hay que añadir el desgaste. El cuerpo decía un poco basta. A las últimas, ya ibas, un poco, por ir. La gente del equipo también lo acusaba porque tienes que estar toda la semana ahí metido y no desconectas nada. 

¿Cómo fue la organización?
Estaba todo bastante controlado. Hacíamos muchos tests. Antes de ir a un trazado tenías que hacer una prueba por tu cuenta, llegar al sitio con el negativo y pasar otra. Seguías y, si no sucedía nada, unos cinco días después, pasabas el tercero, que sería justo antes de la última de las tres carreras. En mi caso, me llevé la furgoneta-caravana y me quedaba en el circuito toda la semana. A las primeras fuimos en avión, pero después andas con el avión y el hotel y te obliga a moverte más. Además, hay menos vuelos por el Covid y se hacía un lío. Por eso en las últimas ya hice todas con la furgoneta. Me convertí en itinerante. Cansa un poco, pero es cierto que estaba bien con mi propio espacio en el circuito. Venía mi padre conmigo. 

¿Hacía de conductor?
Sí, sí, de chófer y también de chef. Pero le gusta meterse en todo. Le encanta este mundo y siempre está ahí: que si come esto, que si haz lo otro. Pero me ayuda mucho y la mayoría de las veces suma más de lo que puede restar. 

Por lo que me dice, ¿a su padre le gusta el mundo del motrocross?
Está en su salsa. Si le sacamos las carreras creo que le da algo. Yo empecé en este mundo por mi padre,  él corría. Lo llevo en la sangre. Tengo dos hermanos mayores que también comenzaron conmigo. Iba mi padre y, después, empezamos nosotros y hasta hoy. Uno de mis hermanos compitió hasta el año pasado, pero el mayor lo dejó antes. Se puede decir que sí, que soy el que mejores resultados hizo y el que llegó más lejos. Aunque todavía estoy intentando ascender un poco más. 

¿Qué planes tiene para el próximo año?
Cambio de equipo, correré con Honda en el 114 Motorsports de Livia Lancelot, que fue campeona del mundo varios años en mujeres. Es un equipo bastante profesional y tengo ganas de ver cómo me salen las cosas. Creo que lo puedo hacer mejor que hasta ahora. No es un equipo exactamente oficial pero es el mejor de Honda. Mi intención es hacer bastantes podios y poder pelear por los cinco primeros puestos del Campeonato del Mundo. 

¿Cómo es su día a día?
En los últimos meses viví en Italia. Antes estuve tres años en Países Bajos, pero al cambiar de equipo me trasladé. Residía allí la mayor parte del tiempo. Esta temporada, al disputar el Campeonato de España, sí que vine más a casa, pero la mayoría de los meses los pasaba allí y en las carreras. Para la próxima, me mudo a Francia, a la sede del equipo. Está cerca de la frontera con el País Vasco, en Soorts-Hossegor. 

Cuando está en Vigo, ¿puede entrenar?
Ahora voy a estar unos días más tranquilo hasta empezar después la preparación de la temporada, que comienza en abril. Cuando estoy en Vigo voy al Motopark Cerceda. Es el único sitio bueno para entrenar. También hay un circuito en As Neves, el de Taboexa, pero está descuidado. Lo lleva la Federación Galega, pero está un poco muerto el motrocross aquí y el trazado está mal. En otros sitios como Madrid y Catalunya hay muchos pilotos pero aquí, menos. 

¿Tiene algún referente en el Mundial?
A mí me gustaba James Stewart Jr., que era un piloto americano negro, pero ya está retirado. La verdad es que era el que más me gustaba. También me gusta Tim Gajser, que ganó este año el cuarto Mundial y va con Honda. Además también lo ganó en MX2 una vez y, quién sabe, igual me toca a mí. De todas formas, ya estoy en un nivel en el que no apunto a ser como alguien. Ahora compito con ellos. Ya es la meta de llegar a un sitio, antes que tener una referencia. 

¿Se pasa miedo en el motocross? 
Ahora, con los años, sí que tienes un poco más de respeto y piensas en no hacerte daño. Antes, simplemente, ibas pero te haces daño una vez, y otra, y alguna más y ya lo piensas. En todo caso, no es exactamente miedo porque es una actividad que llevas practicando desde los cinco años y estás cómodo. En principio, todo está bajo control hasta que deja de estarlo. Como está más o menos controlado, no te sientes inseguro, lo malo es cuando sale algo mal o hay una avería o un problema.n

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