El olímpico vigués más real

El navegante olívico (izquierda) posa junto a sus compañeros de tripulación: Felipe VI, entonces Príncipe de Asturias, y Fernando León.
photo_camera El navegante olívico (izquierda) posa junto a sus compañeros de tripulación: Felipe VI, entonces Príncipe de Asturias, y Fernando León.
Alfredo Vázquez, primer regatista gallego en unos Juegos, vivió Barcelona 92 con Felipe VI

Es probable que Alfredo Vázquez soñase de niño con ir a unos Juegos Olímpicos. Más aún, a medida que crecía como jugador de voleibol, levantando y rematando bolas casi a diario en el Club Vigo. Los sueños se hacen realidad. Incluso los que no se sueñan. Porque de no haberse subido a un barco de competición hasta los 16 años, Vázquez pasó a convertirse en el primer olímpico en vela de la historia de Galicia en Barcelona 92. Muy real. Tanto que, a bordo de la misma embarcación de la clase Soling, el vigués compitió codo a codo con Felipe de Borbón y Grecia, ahora Rey de España, entonces Príncipe de Asturias. El canario Fernando León completaba la tripulación.

"Bueno, ya queda lejos", dice entre risas Vázquez, que reside en la ciudad condal desde hace casi 30 años. Allí acarició el cielo olímpico. "No tuvimos el día en la 'match race", recuerda. El equipo fue sexto y obtuvo un meritorio diploma olímpico. "Con el tiempo te quedas contento con el resultado, pero en el momento nos supo a poco", reconoce, con la perspectiva que le dan sus 58 años. 

Pero más hondo incluso que los méritos deportivos o la experiencia de unos Juegos, marcan las personas. "A Felipe no lo veo como el Rey, lo veo como un amigo", espeta Alfredo. "Para mucha gente debe ser complicado hablarle sin tener en cuenta que es el Rey. Para mí es justo al contrario: hablar con él pensando en el cargo que tiene me resulta difícil", comenta el vigués, que se refiere al monarca con la naturalidad que da trabajar hombro con hombro durante los cuatro años de un ciclo olímpico. "Todo era muy normal", recuerda. Un deportista más, con sus motivaciones y sus frustraciones; sus alegrías y sus tristezas. "En las regatas preparatorias por España adelante sí que se generaba revuelo, pero en los Juegos no se nos asedió demasiado. Estuvimos tranquilos", apunta Vázquez, que recuerda visitas de la Reina Sofía o de las Infantas. "Pero igual que cualquiera de nuestras familias", apostilla.

Fueron días felices en la Villa Olímpica. "Después de entrenar, íbamos a jugar al fútbol con compañeros de todos los deportes. Allí veíamos muchas estrellas, como los famosos americanos del baloncesto", explica el regatista en alusión al 'Dream Team'. "Al terminar nuestra competición, fui a ver el atletismo en el Estadio Olímpico. Pude disfrutar de Carl Lewis en directo y también del 1.500 que ganó Fermín Cacho. Fue espectacular", expresa Vázquez, que también recuerda ir a ver a la selección española de waterpolo que ganó la medalla de plata. "Conocíamos a muchos porque estaban con nosotros en la Blume", destaca el olívico de sus andanzas por Barcelona 92 junto a Felipe VI.

"Ahora lo veo poco", reconoce el vigués, consciente de la ocupada agenda que supone el trabajo de su colega. "Cuando nos encontramos es igual que ver a cualquier amigo con el que no coincidías hace años. Desde el primer momento, ya parece que no ha pasado el tiempo. No tienes que pensar en lo que dices o lo que haces, solo disfrutar de un amigo, que es el mismo que tenías hace 30 años", desvela. "La amistad no depende de quien sea el otro, sino de las experiencias que hayáis compartido juntos", proclama. Y con el paso del tiempo, eso es lo que queda. "No soy de los que permanecen en el pasado. Vivo el presente. Y lo bonito de aquello es que después de tantos años, seguimos navegando. Ese es quizá el mejor trofeo de todos, la medalla que te llevas", concluye.

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