La jugadora de la Universidad de Lamar asegura que su adaptación a EE UU ha sido “mejor de lo que esperaba”

“La morriña no decidirá mi futuro”

La ex jugadora del Celta Vigourbán, ayer en un parque vigués. Foto: Raquel
Tamara Abalde (Ferrol, 1989) ha completado su primer año en la liga universitaria estadounidense con un balance inmejorable. La jugadora viguesa, que admite tener dividido el corazón con su Ferrol natal, pasa unos días en la ciudad para arreglar su pasaporte. Sorprendida por la fácil adaptación que ha tenido a la vida y el baloncesto americano, la jugadora confiesa a Atlántico Diario que medita continuar su aventura extranjera. ‘No será por la morriña’, asegura, pero tiene claro que quiere continuar creciendo y mejorando. Vigila desde lejos al Vigourbán y da su apoyo incondicional a Vigo para la Universiada.
—¿Ferrolana o viguesa?

—Nací en Ferrol pero ya llevo aquí desde los ocho años y también soy medio viguesa. Mi madre es de allí. Me vine cuando era pequeña, empecé a jugar al baloncesto aquí.

—¿Cómo le han ido las cosas por Estados Unidos en este primer año?

—Muy bien, estoy muy contenta, mejor de lo que esperaba, sobre todo en lo que se refiere a mi adaptación, que fue muy rápida. En cuanto a baloncesto, no creí que me fuese a salir todo tan bien, igual que al equipo, con los objetivos cumplidos. Ganamos nuestra conferencia y nos clasificamos para el torneo. Llegamos a la final, pero perdimos de nueve. Para ser el primer año y ser un equipo muy nuevo, está bien.

—¿Esperaban los responsables de Lamar llegar tan arriba?

—Era lo que nos proponíamos a principio de temporada, pero en Lamar eso no se hacía desde hace muchísimo.

—¿Cómo ha sido esa adaptación a la universidad americana?

—Es muy diferente a España. Si dicen que la vida universitaria es la mejor, la de Estados Unidos es la mejor sin duda. Hay muy buen ambiente, no te da ninguna pereza ir a clase. Vivo en el campus, en un edificio en el que residimos todos los deportistas. Las chicas de baloncesto estamos juntas y nos hemos integrado muy bien.

—¿Se nota la famosa popularidad de la que se habla en la televisión?

—Sí, muchísimo, es como en las películas. El deporte es muy importante allí, todo el mundo te conoce. Llegas al comedor o a clase y todos te preguntan.

—¿Cómo es ese equipo en el que habéis logrado llegar tan arriba?

—Sólo quedaron tres o cuatro de la temporada anterior y el resto llegó de Júnior College, de otras universidades o como yo, extranjeras.

—Supongo que también cambia el rol al tener que llevar el peso del equipo, cuando aquí esa función la tenían otras jugadoras.

—Eso es lo que más me gusta, tener esa responsabilidad dentro del equipo, lo tenía en la selección y en el equipo júnior, pero no en el primer equipo, donde no era la extranjera. Allí sí que lo soy. Llegué bastante perdida, sin saber muy bien donde me metía, no tuve tiempo ni para hacer una visita, aquello es tan grande y hay tantas conferencias que es muy difícil escoger.

—¿Cuánto durará la ‘aventura americana’? ¿Qué planes a corto plazo tiene?

—Pues la verdad es que cuando me marché tenía pensado estar uno o dos años y ahora toca tomar la decisión (risas). La verdad es que estoy muy contenta y todavía no he decidido si voy a seguir, si van a ser dos años o se va a quedar en uno.

—¿Qué equipos podrían ser su destino?

—La decisión todavía no ha llegado ahí. Aún debo elegir entre quedarme o venir.

—La morriña parece que no es un factor que vaya a decidir.

—Desde luego que no decidirá mi futuro. Si fuera por la morriña, me quedaría seguro, me lo paso muy bien.

—Le lloverán las ofertas.

—Bueno... (duda). Estoy viendo alguna cosa por ahí. Cualquier salto que pueda dar ahora mismo va a ser importante. Viniendo de Estados Unidos sería un cambio radical, pero ahora estoy muy contenta allí y tengo que valorar muchas cosas. No lo tengo claro.

—¿Qué prioridades tendrá a la hora de valorar un cambio?

—Sobre todo baloncesto, porque puedo estudiar en cualquier sitio, tampoco quiero decir que no sean importantes los estudios, pero puedo elegir o estudiar a distancia. Lo que va a hacer tomar una decisión u otra va a ser el equipo. Me gustaría mucho cambiar de universidad, pero es complicado porque si es de la misma categoría, tendría que estar un año sin jugar. A mi me encantaría irme a una universidad más grande, pero eso no va a ser posible. Las opciones más claras que tengo es quedarme en Lamar o volverme a España.

‘Valero y Mujanovic dan mucha solidez al Celta Vigourbán’

—¿Es muy distinto el baloncesto que se juega allí del que ya conocía en España?

—Es un poco diferente, más físico y los conceptos son más de baloncesto americano. Mucho uno contra uno y menos táctica. A veces es un poco más loco, pero eso era lo que iba buscando, probar algo distinto y aprender las cosas buenas que tienen allí.

—¿Sigue al Celta Vigourbán?

—Por fin han dejado de sufrir. Lo pasamos muy mal, aunque yo tenía la selección para disfrutar. Ahora, Pilar (Valero) y Razza (Mujanovic) le dan mucha solidez.

—Del equipo que ganó el año pasado el Nacional júnior, pocas siguen con el baloncesto. ¿Todavía es complicado poder dedicarse íntegramente al baloncesto femenino?

—Es difícil. De aquel grupo, seguimos Alba y yo, pero la mayoría están ahora con sus estudios universitarios en Santiago o A Coruña. Tienes que escoger, si estás a un buen nivel, no te planteas dejarlo, pero si es un ‘hobbie’ no puedes compaginarlo.

—Tuvo la gran oportunidad de estar con Pau Gasol en Estado unidos.

—Fui a verlo a Memphis y cuando vino con los Lakers, pero no lo pude ver jugar porque estaba lesionado. Gasol ya era una referencia y ahora, en Los Ángeles, más.

—¿Qué opina de la posibilidad de que Vigo sea sede de la Universiada 2013?

—Sería una gran oportunidad para Vigo. Desde allí no he seguido el proceso de selección, pero supongo que será un acontecimiento muy importante. En cualquier caso, el baloncesto universitario estadounidense está muy profesionalizado y si acude a la Universiada habría muchas diferencias.


La liga universitaria le impide jugar en otro equipo la próxima temporada

Récord de puntos en un partido (44), Tamara promedió 16 puntos y 7,2 rebotes, pero un cambio de universidad le impediría jugar el próximo año.

Nadie es profeta en su tierra y si no que se lo digan a Tamara Abalde. La jugadora del Celta Vigourbán apenas era conocida por España adelante hasta que el verano pasado dio el salto a la Universidad de Lamar. Su récord de puntuación —44 puntos en la victoria ante Wiley College (71-47)— la colocó en todos los diarios deportivos nacionales y la llevó hasta la candidatura a la mejor jugadora joven de la FIBA. La viguesa ha finalizado la liga con unos números espectaculares —promedió 16 puntos y 7,2 rebotes en 30 partidos— y eso la ha colocado en el punto de mira de otros equipos. Abalde, que asegura estar meditando su futuro, se encuentra ahora con un problema añadido en la normativa de la liga. Y es que un cambio de universidad sería muy apetecible para la viguesa por sus ganas de continuar avanzando, pero eso no sería posible por la imposibilidad de jugar en la misma división. Si la gallega decide irse a otro equipo de idéntica categoría (División 1), la que precede a la WBNA, tendría que estar un año en blanco y, ahora mismo, esa posibilidad ni siquiera se la plantea. En los próximos meses decidirá su futuro.

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