DIVISIÓN DE HONOR

Los malditos seis metros

Caro Bono trata de entrar entre dos jugadoras del Elche en el partido de ayer. 

MARTA VÁZQUEZ
photo_camera Caro Bono trata de entrar entre dos jugadoras del Elche en el partido de ayer. MARTA VÁZQUEZ
El Conservas Orbe Porriño pierde ante el Elche tras un inicio horrible que logró remontar, pero se estrelló ante Pamela Rodrigues en los últimos diez minutos del partido tras el 19-19

Joaquín Rocamora, entrenador del Elche, habló a sus jugadoras en el último tiempo muerto y fue claro. “Pódeis amagar, disuadir, pero que nos tiren de lejos o por fuera, las extremos. No marcan ninguno así”, proclamaba cuando el partido ya estaba de cara para su formación. Y, para disgusto porriñés, resultó así. En los últimos ataques, Thais Fermo tuvo tres lanzamientos por el extremo. Envió dos roscas al palo y ambas se salieron tras caminar por la línea. Otro balón lo sacó Pamela Rodrigues, la segunda guardameta del club visitante pero que ayer fue capital para la derrota local. 

Fueron lanzamientos relativamente claros, con cierto ángulo, pero esos son los que hay que enviar a la red para ganar el partido. Hubo esos tres y alguno más, como una contra de Casasola que sacó la portera a una mano u otra de Aitana Santomé. Esos errores, los de los lanzamientos liberados en la línea, marcaron la diferencia entre el Conservas Orbe Rubensa Porriño y el Elche en el pabellón Municipal. Son los detalles que alejan a los buenos equipos de otros que no lo son tanto y ese es el paso que no termina de dar la formación de Isma Martínez para meterse entre los ocho mejores de liga. La efectividad en los momentos clave todavía es deficiente. 

Porque, más allá de los errores en los últimos minutos tras conseguir la igualada a 19 tantos, el equipo porriñés fue, como mínimo, tan bueno o tan malo como su oponente. De hecho, podría decirse que lo superó en muchas facetas del juego, como la regularidad defensiva o las variantes en ataque. No obstante, le faltó esa definición cuando tenía que ponerse por delante y, también, aparecer antes en la pista. Y es que comenzó el duelo con un 2-7 que, todo es preciso mencionar, en temporadas precedentes ya sería la tumba local. 

No lo fue ayer porque el Porriño de la presente campaña tiene más recursos. Modificó Martínez la primera línea al sentar a Bono, introducir a Santomé y, poco después, a Anthía Espiñeira. La viguesa, sin ser la jugadora de cursos precedentes, sí leyó mejor la defensa abierta del equipo visitante y, poco a poco, el conjunto local recortó diferencias con la aportación, imprescindible, de Estela Carrera en portería. 

Se llegó al descanso con ventaja mínima visitante y se sucedieron los empates hasta que la formación visitante se despegó de tres tantos. Tras muchos intentos, los neutralizó el Porriño con el 19-19 (min. 22). Pero ahí apareció la asociación entre Nuria Andreu y Sempere, mientras que el Porriño falló los tiros difíciles y, sobre todo, los liberados. Y así no se puede derrotar a todo un Elche.

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