FRAN BELTRÁN. Centrocampista del Celta

"Maduré, antes corría como un pollo sin cabeza"

Beltrán, ayer en A Madroa.
photo_camera Beltrán, ayer en A Madroa.
El centrocampista del Celta afirma que "estamos en una buena racha pero no nos podemos confundir, seguimos ahí abajo. Hay que ir a por todas"

Fran Beltrán (Madrid 1999)  es un vivo. En el mejor sentido posible de la palabra. Un joven de 21 años que ya atesora experiencia pero que todavía se autodefine como "un aprendiz". Piensa rápido y contesta rápido. Tan dinámico como sobre el campo, aunque está aprendiendo a pausarse.

¿Cómo está  el equipo a nivel anímico tras los últimos partidos?
Mejor. Está con otro ánimo y tenemos otras expectativas. Es un buen momento que debemos aprovechar para seguir sumando puntos.

¿Y está logrando el entrenador tenerles a todos comprometidos?
Es mérito del míster que estemos así porque está dando oportunidades a todos. Cuando casi todos se sienten partícipes, al final siempre estás más enchufado. También porque es un gran grupo en el que no hay malos rollos y eso en el campo te ayuda.

Su competencia directa en el centro del campo ha cambiado con la salida de Lobotka y la llegada de Bradaric, ¿lo ha notado?
Siempre tengo compañeros que son muy buenos. Pape, Okay, Bradaric ahora, antes Lobotka... Los compañeros están para ayudar y para que tú mejores también. Así que ojalá que el próximo que venga sea todavía mejor para poder aprender más y ser mejor futbolista.

¿Aprende de sus compañeros?
Por supuesto. Desde que llegué al fútbol profesional en el Rayo. Si son mejores que tú o llevan más tiempo, te quedas con los conceptos y mejoras como futbolista y persona.

¿Y qué conceptos ha cogido de los centrocampistas en Vigo?
Por ejemplo, la conducción de Lobotka, que salta muy bien las líneas, y que siempre está perfilado bien. De Okay la fijación y los movimientos que tiene delante de los centrales. De Pape, el carácter que tiene a la hora de ir a por el balón, con intensidad. De cada uno vas cogiendo una cosa.

A veces, al analizar su juego, se nos olvida que tiene 21 años. ¿Es bueno que se nos olvide?
Lo que quiero es que la gente no mire la edad. Ni cuando las cosas salen bien ni cuando salen mal. La edad es un número. Sí que eres un aprendiz. Hay algunos partidos en los que sabes lo que tienes que hacer y no lo haces o estás más despistado porque no tienes tanta experiencia. Pero al final, dentro del campo somos todos iguales tengamos la edad que tengamos.

¿Nota que ha madurado en este año y medio en Vigo?
Me siento más maduro. Por ejemplo, soy más consciente de los movimientos que hago sobre el campo. Antes, parecía un pollo sin cabeza corriendo. Ahora, corro mucho pero sé que hay veces que debo hacerlo y otras que no. Es lo que tengo que aprender.

Porque de usted, muchas veces se valora en lo positivo el dinamismo y en lo negativo, el dinamismo.
Hay ocasiones en que es bueno y en otras es malo. A veces, pierdes la posición y otras, precisamente, salvas una ocasión por haber salido de tu posición. Tienes que saber cuándo correr y cuándo no.

Un aprendizaje, supongo, con el fin de alcanzar un papel de titular que no ha tenido casi nunca, pero que no le impide jugar mucho.
Por las ganas que tengo y el trabajo que hago siempre consigo tener minutos. Pero lo que debo hacer es tener las cosas más claras, ser dinámico pero sin perder la posición. Intentar hacerme con un puesto y jugar lo máximo posible.

A nivel mental, su carrera le ha obligado ya a endurecerse con lo sucedido en la salida del Rayo, la visita a Vallecas, las fases que ha pasado en el Celta de jugar poco...
Son momentos malos, que son los que te hacen madurar de verdad. Y también te hacen sentirte bien dentro del campo sabiendo que has pasado tantas cosas. Mentalmente te ayuda y en unos años seré todavía más fuerte.

¿También es un máster haber tenido hasta cuatro entrenadores en este año y medio en Vigo?
Ya en el Rayo en Segunda tuvimos tres... Ya venía acostumbrado (bromea). Pero esperemos que ahora estemos bien y no tengamos más cambios.

Es obvio que no es algo positivo en lo grupal, pero ¿en lo personal se trabaja la capacidad de adaptación a diferentes ideas?
Te tienes que adaptar. Es como cuando eres un jugador polivalente, que puedes jugar en varias posiciones. Es lo mismo con el entrenador. Tienes que adaptarte al sistema y al estilo de cada uno. Eso es un desafío para el jugador.

¿Y cuál es la idea de fútbol que le gusta a Fran Beltrán?
Tener mucho balón, controlarlo, tocar mucho –pero no por tocar, sino para atacar– y luego, presionar tras pérdida. Se defiende mejor cuanto más balón tengas. Para mí el balón es muy importante.

Personalmente, considero que su claridad futbolística es alta en campo propio pero se va nublando según avanza. ¿Está de acuerdo?
Vamos a ser claros. Yo siempre he jugado de pivote, de 6, y ahora hacerlo de 8 es un reto para mí. Pero tengo claro en mi cabeza que en cuantos más puestos pueda jugar, mucho mejor. Así que ahora me centro en jugar de 8, que es algo que me faltaba. Con el paso del tiempo, conseguiré jugar bien ahí, como lo hacía de 6.

¿Cuál es la gran diferencia?
Hay que ser un poquito más rápido. Y saber dónde tienes los contrarios. Cuando eres pivote, sabes que tienes uno o dos delanteros detrás y el resto de frente. Es más fácil porque ves más campo. Aquí te rodea todo el mundo y es más complicado. Con el paso de los partidos, mejoraré.
Lo que no ha perdido nunca es la valentía para atreverse a hacer cosas en el campo.
Cuando me pongan a jugar, cualquier cosa que haga falta la haré. Si voy con confianza, puedo hacer cualquier cosa.

En lo colectivo, ¿en este momento se ha llegado ya al nivel de juego que se esperaba al inicio de la temporada?
No. Nos queda camino por recorrer. El equipo puede dar más y hay que seguir este camino. Si podemos dar ese algo más, seguro que llegarán victoria tras victoria. Estamos en una buena racha pero no nos podemos confundir. Seguimos  ahí abajo. Hay que tener los pies en la tierra e ir a por todas.

¿Cómo se explica esta mala temporada hasta hace casi nada?
Teníamos miedo de que nos pasase lo del año pasado. Y por tenerlo, al final caes otra vez. Ahora, nos hemos dado cuenta de que ese miedo no sirve de nada. De que hay que ir a por todas. No sólo por nosotros y por  nuestras familias, sino también por la gente que siente el club. Son los que te apoyan y no pueden estar fin de semana tras fin de semana pasándolo mal.

Y a los jugadores les irá carcomiendo a nivel mental.
Y a nuestras familias. Es la gente que aguanta nuestras historias. Llegamos a casa cabreados. Hay veces que no puedo dormir tras los partidos. Y mi familia me aguanta.

¿Y ahora sienten la mente limpia?
Sí. Con esta racha, la hemos limpiado un poco, hemos reseteado la cabeza y vamos con más fuerza que nunca.
En Balaídos, los números mejoran, pero ahora tocan dos partidos fuera  y ante rivales muy sólidos, Granada y Getafe.
Es un reto. Sabemos que nos cuesta de visitante pero también en casa nos costaba y mire ahora: equipo que viene, equipo que se dice que jugar contra el Celta en Balaídos y con su gente... cuidado. Tenemos que trasladar eso a fuera. Aunque en Mestalla tampoco fue un partido para perder. Llevamos los últimos encuentros de visitante muy buenos y debemos seguir así.

¿Qué le parece el Granada, un rival que está rindiendo muy por encima de las expectativas?
Es un equipo que está bien, en estado de gracia, en la Copa... Si está ahí es porque ha hecho méritos. Son un conjunto muy fuerte. Ellos van bien, pero nosotros vamos a ir mejor.

El objetivo, supongo, asegurar la salvación cuanto antes.
Eso es, que no pase lo del año pasado, que hasta las últimas jornadas había posibilidades de bajar. El equipo no quiere volver a vivirlo y tenemos la cabeza puesta en solucionarlo cuanto antes.

¿Qué tal su relación con el técnico, Óscar García Junyent?
No tengo ninguna queja ni puedo decir nada malo de él. Es un gran entrenador.

¿Con la baja de Bradaric, se ve de titular en Granada?
Si me da la oportunidad el míster espero no defraudarlo y jugar un poco mejor que en los anteriores partidos.

¿No se gustó?
Soy muy crítico conmigo y en los partidos ante Valencia y Sevilla no estuve bien. Sé cuándo juego bien y cuándo mal. Tengo muchas ganas de volver a jugar y demostrar que lo puedo hacer mejor. Hay que ser autocrítico. Si piensas que es culpa de otro, al final no vas a mejorar ni serás el futbolista que quieres ser.

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