Satisfacción. Con esa palabra se resumía el estado de ánimo de Óscar José Gutiérrez al término de la final del ITF de Vigo, donde vivió su primera -e inolvidable- experiencia en España, que saldó con dos títulos en la tierra del Club de Campo.
"Estoy muy feliz. Ha sido una gran semana, sin perder un set", comentó. "Desde el primer día me sentí como en casa, las condiciones me ayudaron. Fue muy especial para mí", añadió.
Sobre las alternativas de la final, Gutiérrez afirmó que Te "restó muy profundo y pesado" y que sus problemas para afianzar los breaks, "sobre todo en el segundo set", tuvieron "más mérito" por parte del chino que demérito propio. "En los tie-breaks traté de estar lo más sólido posible. Sentí que si me mantenía firme podía tomar algo de ventaja y por suerte fue lo que ocurrió", explica Gutiérrez sobre los desempates que marcaron la diferencia en la final. "Traté de tener paciencia pese a las roturas de Rigele y conseguí hacer un tie-break perfecto en el segundo set", añadió el brasileño, con una sonrisa de oreja a oreja mientras atendía a los recogepelotas, que se agolpaban para pedirle muñequeras o cintas. "Disculpa", se excusaba con educación exquisita.
Gutiérrez retomó el hilo para despedirse con las mejores palabras para Vigo y el Club de Campo, "bellísimo club", en sus propias palabras. "La gente nos acompañó toda la semana y en ese sentido uno se siente querido. Se siente como un profesional. Es muy especial y espero regresar", concluyó el nuevo campeón del ITF olívico.
Sobre las alternativas de la final, Gutiérrez afirmó que Te "restó muy profundo y pesado" y que sus problemas para afianzar los breaks, "sobre todo en el segundo set", tuvieron "más mérito" por parte del chino que demérito propio. "En los tie-breaks traté de estar lo más sólido posible. Sentí que si me mantenía firme podía tomar algo de ventaja y por suerte fue lo que ocurrió", explica Gutiérrez sobre los desempates que marcaron la diferencia en la final. "Traté de tener paciencia pese a las roturas de Rigele y conseguí hacer un tie-break perfecto en el segundo set", añadió el brasileño, con una sonrisa de oreja a oreja mientras atendía a los recogepelotas, que se agolpaban para pedirle muñequeras o cintas. "Disculpa", se excusaba con educación exquisita.
Gutiérrez retomó el hilo para despedirse con las mejores palabras para Vigo y el Club de Campo, "bellísimo club", en sus propias palabras. "La gente nos acompañó toda la semana y en ese sentido uno se siente querido. Se siente como un profesional. Es muy especial y espero regresar", concluyó el nuevo campeón del ITF olívico.
