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El camino del motocross

El vigués Rubén Fernández
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El vigués Rubén Fernández está "con muchas ganas" antes del inicio del Mundial el domingo

Galicia siempre ha sido tierra de emigrantes. En cierto modo, eso no ha cambiado. Rubén Fernández lo sabe bien. Este vigués, que el pasado viernes cumplió 21 años, lleva fuera de casa desde los 16. Inició el camino del motocross, su camino, en Holanda, a donde se mudó cuando fichó por el equipo Kawasaki. "Fue duro al principio", confiesa. "No hablaba muy bien inglés, no podía comunicarme y eso lo hacía todo más complicado", explica. Todo ello unido a su corta edad y a la primera vez que salía de casa.
Pero como cualquier emigrante, a Rubén no le quedó otra que adaptarse. "Fui aprendiendo poco a poco por mi cuenta", reconoce. Cinco años después, ha fichado por el Ausió Racing Team italiano y a bordo de su Yamaha lidera el Campeonato de España de MX2 tras ganar todas las mangas en las dos pruebas disputadas, la última, el pasado fin de semana en Talavera de la Reina. Y eso que, según dice Rubén, no llegó a encontrarse "del todo bien". Pues menos mal.
El próximo fin de semana comienza su andadura en el Campeonato del Mundo de MX2, en el que no estuvo el año pasado para competir en el de Europa. Salió mal. "Me rompí una vértebra y estuve dos meses parado", apunta. Pero agua pasada no mueve molino y Rubén está listo para la acción en Matterley, Reino Unido. "Estoy un poco nervioso", confiesa, antes de reconocer que el circuito británico es uno de sus "favoritos" y que está "con muchas ganas". Allí coincidirá con el campeón del mundo Jorge Prado. "Jorgito y yo nos conocemos desde pequeños", apunta sobre el lucense.
Todo desde su casa en Vigo, donde disfruta de unos días de asueto tras ganar en Talavera. Un pequeño gran placer para él, que lleva tantos años fuera."¡No veas!", exclama entre risas cuando se le pregunta si echa de menos estar en casa. Y es que en su hogar, desde bien pequeño, mamó el amor por las motos. "Me viene de familia", anuncia, al tiempo que recuerda: "Me picó el gusanillo desde muy pequeño de ver a mi padre correr en moto". Así fue. Paco contagió la pasión por las dos ruedas a Rubén y sus hermanos. Años después, se ha convertido en un modo de vida. Una ruta a seguir. La senda del emigrante. El camino del motocross.

De Talavera a Vigo por el coronavirus

n n n Desde el año pasado, Rubén Fernández vive en Milán. Allí está ubicado el cuartel general de su equipo, el Ausió Yamaha, y allí vive compartiendo piso con miembros de la estructura. Por ello, lo normal habría sido que, tras ganar en Talavera la prueba del Campeonato de España del pasado fin de semana, el vigués volviera a la ciudad italiana para preparar el inicio en el Mundial. No ha sido así. La situación que ha provocado el coronavirus en el norte del país transalpino ha hecho que Rubén pase en su casa de Vigo unos días antes de viajar a Inglaterra. "Está la cosa complicada por allí, así que hemos preferido quedarnos en casa", reconoce el piloto, que tampoco sabe muy bien cómo se va a poner la situación el próximo lunes tras la prueba inaugural del Mundial en la localidad británica de Matterley.
Lo que sí sabe es lo que hará. Porque para entrenar para la segunda carrera de la competición, que será en Valkenswaard (Países Bajos) el próximo 8 de marzo, Rubén pasará la semana en Bélgica. "El equipo tiene un apartamento alquilado allí y así podemos entrenar en arena para adaptarnos a la superficie de la prueba", explica el piloto olívico.
Después, ya se verá. "Está la cosa cambiante, cada día nos llegan noticias diferentes", explica Fernández, que entre que se quiere centrar en la moto sin pensar en otra cosa y que prefiere no dar demasiado pávulo al alarmismo generalizado, pasa de puntillas sobre el tema. Su virus es el del motocross.n

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