Con la excepción del ya conocido Jeison Murillo, el Celta ha realizado este verano tres fichajes más y, tras el arranque liguero, la situación de cada uno es diferente. De más a menos importante en el equipo hasta la fecha, los tres mentados son Renato Tapia, Miguel Baeza y Álvaro Vadillo.
Tapia convence desde el primer día. El internacional peruano se ha hecho dueño del puesto de pivote en el centro del campo y lo defiende con una gran rendimiento. Sus puntos fuertes los está demostrando con primor –equilibrio táctico, capacidad para el robo, intensidad para empujar en la presión...– y los débiles apenas los está sacando a pasear –el juego con los pies al primer toque–. El técnico celeste, Óscar García Junyent, lo ha elogiado públicamente y le ha dado la titularidad en las dos jornadas disputadas. De la última se retiró con una sobrecarga que no supone problema para que el domingo encadene su tercer encuentro.
Tal vez ese buen comienzo, tanto personal como colectivos, llega a Tapia a ser ambicioso a la hora de fijar los objetivos de la temporada. "Estos dos años que pasaron ya han quedado atrás, no podemos pensar en la permanencia. Tenemos un equipo muy ambicioso, con ganas de crecer y de pelear por quedar entre los seis o siete primeros, de poder llegar a una competición europea. En este momento eso es primordial, es lo que queremos tanto los jugadores como el entrenador", comentó en las últimas horas. Y advirtió de otro potencial: "Me gusta ser un líder, el liderazgo creo que es una de mis mayores virtudes".
Todas ellas le quedaron claras desde un primer momento al entrenador céltico, que aplaude la vista de la dirección deportiva céltica. De hecho, el problema habido con la nacionalidad holandesa del peruano abría la posibilidad de que el Celta cortase al jugador mediante una cláusula. Obviamente, para entonces el centrocampista ya había convencido y a nadie se le pasó por la cabeza tal posibilidad, pese a que limitaba la capacidad de movimiento en el mercado.
El buen debut de Baeza
También vive días felices Miguel Baeza. El joven futbolista cordobés aterrizó en el primer equipo directamente desde Segunda B, categoría en la que militaba con el Castilla, y ha tenido minutos en los dos partidos disputados hasta la fecha. En el club ven con alegría cómo la apuesta da resultado ya desde el principio, con un futbolista con el físico suficiente como para ser parte clave de la presión y con la visión ofensiva de llegar al área y probar suerte. El pasado sábado se topó con el palo, pero ya ronda el gol.
Menos suerte está teniendo Álvaro Vadillo, que todavía no se ha estrenado en partido oficial con el Celta. El gaditano apalabró su llegada al equipo vigués en los primeros meses de este año y se esperaba de él que fuese el extremo que tanto reclamaba Óscar García Junyent. Sin embargo, su papel fue secundario incluso en los últimos amistosos de la pretemporada. Por el momento, el ex del Granada es el gran perjudicado de la buena actitud de Emre Mor y del buen rendimiento de Miguel Baeza. Dos jóvenes futbolistas que, hoy por hoy, están por delante del andaluz en el orden de preferencias del técnico de Sabadell.
Como tampoco jugó en la recta final de la pasada campaña, debido a su negativa a renovar en Granada, Vadillo lleva sin disponer de minutos casi siete meses. La última vez fue el 29 de febrero, precisamente en el partido que midió al conjunto andaluz con el Celta.n
