Lo seguro esta tarde en O Porriño es que las aficiones vivirán una jornada festiva. Habrá emoción, goles, buenas viandas en la previa, nervios en las jugadoras y en los banquillos. Todo esto es fijo en una temporada en la que lo más difícil de adivinar es el resultado. Ambas escuadras presentan, tras años de dominio del conjunto del Baixo Miño, dos plantillas extraordinariamente similares. Así lo indica la clasificación, con ocho puntos para las porriñesas, que son caurtas, y siete, de las guardesas, quintas.
El inicio de curso, las sensaciones y hasta el momento de las jugadoras clave podría otorgar cierto favoritismo a las de Isma Martínez, pero todo ello se diluye por la lista de bajas que asolan al Porriño. Thais Fermo y Caro Bono se unieron a las lesionadas de larga duración Arima López, Anthía Espiñeira y Claudia Caulback. Además, Carme Castro y Alicia Campo entraron en la convocatoria porque es el derbi gallego. En cualquier otra jornada, se hubieran quedado en la grada. Marta Groba y Lucía Méndez se meten en el equipo para cubrir los huecos. Dentro de los problemas, sobre la pista estará el eje central del Consevas Orbe Rubensa Porriño formado por Mica Casasola, Malena Valles y Paulina Buforn en la primera línea, a la que se une la viguesa Prelchi en el pivote. Talento ofensivo.
Mejores noticias llegan desde A Guarda porque Abel González recupera a la catalana Júlia Nuez y, sobre todo, no amplió el número de lesiones en el parón de División de honor, que tuvo competición para las selecciones. Carolina Silva, lesionada de larga duración, es la única asusencia en el equipo del Baixo Miño. Con Nuez, el técnico gana opciones en la primera línea con lanzamiento y descarga de un exceso de responsabilidad a Patricia Lima, principal directora de juego del equipo. Piezas que servirán para poner en problemas a la defensa del Porriño, algo limitada por las lesiones, especialmente en la zona central.
Y, como es habitual en el balonmano, gran parte de la suerte del encuentro pasará por el acierto en portería. Ambos conjuntos acuden con guardametas que pueden ser decisivas. Fátima Ayelén y Carratú, las primeras opciones, estuvieron con Argentina la pasada semana. Carrera, en el Porriño, y Miriam Sempere llegan descansadas.
Carratú y Ayelén, de compañeras de habitación a rivales en días
El derbi gallego de esta tarde esconde infinidad de historias y, entre ellas, se encuentra la de las guardametas Fátima Ayelén, del Porriño, y Marisol Carratú, del Guardés. Al igual que Thais Fermo (lesionada), Pauli Fernández, Mica Casasola y Ariana Portillo disputaron el torneo clasificatorio para el Mundial de sudamérica. No obstante, las porteras con el matiz de que “en esta concentración, ya fuimos compañeras de habitación, además de defender el arco”, expresa Ayelén, del club louriñés.
Ambas sostienen con acierto la portería de ‘La Garra’ y, “somos amigas. Congeniamos muy bien y hablamos de balonmano, pero también de muchas cosas de la vida”, indica Marisol Carratú. Seis días después de finalizar la concentración con su selección, se enfrentarán en la pista. “Demasiado pronto para lo que nos gustaría”, admite la veterana de 36 años. Y, como mayor, fue referencia durante años de Ayelén, de 27 y que peleó para entrar en el grupo de Argentina: “Sí, sí, me dijo que se fijaba en mí, pero ahora ya somos de igual a igual”.
En las charlas entre ambas compañeras surgieron los temas de la vida pero también del balonmano para mejorar el rendimiento y porque en la televisión tenían el Europeo. Eso sí, al llegar a sus equipos, siempre hay compañeras que desean conocer detalles para descubrir el punto débil de la rival. Carratú explica que “poco preguntaron, pero algo sí”. Aunque ella prefiere “no develar mucho los secretos de la compañera”. Una situación parecida a la de Ayelén en el Porriño. No obstante, en su caso siempre ofrece un análisis de las guardametas oponentes. “Me preguntan y yo le digo a mis compañeras en todos los partidos. Es bueno para intentar mejorar. Es cierto que no siempre sale”, explica la del Porriño. De hecho, matiza que “siempre digo lo mismo: es mi punto de vista. No quiere decir que vaya a ser así”.
Independientemente del resultado, lo que es seguro es que ambas porteras se darán un abrazo antes y después del partido como buenas amigas y, en este caso, también maestra y discípula. De jugar y meter a Argentina en el Mundial a intentar conseguir la victoria con su equipo en seis días. Y, además, en el partido más emocional de la temporada, un derbi de rivalidad íntima.
