Cuando falte uno de los dos, o los dos, se echará de menos esta cotidianeidad en la élite a la que han acostumbrado el Conservas Orbe Rubensa Porriño y el Mecalia Atlético Guardés al balonmano gallego. Una convivencia en lo más alto de doce temporadas, incluyendo la actual, que no tiene parangón en este deporte en Galicia. El conjunto porriñés ascendió a División de Honor en 2011, mientras que el del Baixo Miño le siguió los pasos un año después. Este domingo y el próximo, los dos conjuntos adornan tan ilustre trayectoria midiéndose en los cuartos de final de un formato estrenado el pasado curso. Lo bueno es que uno de ellos se plantará en semifinales. Lo mejor es que los dos garantizan una décimo tercera campaña de doble presencia gallega.
La eliminatoria no concentrará únicamente las miradas del balonmano gallego, sino que es la que más expectación ha levantado en toda España. Obviamente porque es, sin lugar a dudas, la más igualada de todas las que deparan estos cruces de cuartos. No en vano, el Porriño acabó cuarto la liga regular y el Guardés, quinto, sólo un punto por detrás.
El reparto de triunfos en sus duelos en liga regular también ha sido equitativo, con cada uno de los equipos imponiéndose en su pista. El choque en Porriño fue el más igualado, con triunfo por la mínima (23-22), mientras que en el segundo las guardesas se impusieron con mucha más claridad (29-23). De esos dos partidos y de lo visto en el resto de la temporada regular se deduce que la defensa porriñesa se enfrenta al ataque guardés. Así, en los dos derbis, las jugadoras de Isma Martínez marcaron el mismo número de goles (23) y la diferencia estuvo en el subidón ofensivo de las de Cristina Cabeza entre uno y otro: de 22 a 29.
Más allá de esos enfrentamientos directos, el Porriño ha destacado en liga regular por ser la segunda mejor defensa. Sólo ha encajado 504 goles (22,91 por partido), por los 500 del Elche, que acabó líder. En contraposición, el Guardés ha encajado 60 tantos más en esos 22 partidos (564, 25,64 por partido), aunque en la otra portería ha marcado 47 más que las porriñesas: 601 -27,32- y 554 -25,18-.
43 kilómetros separan a O Porriño y A Guarda a través de la A55 y de la PO552. El kilómetro cero del balonmano gallego.
