BALONMANO

Y los astros se alinearon

Rubén Figueirido anotó 15 goles en la victoria del Chapela ante el Balonmano Ingenio en un partido disputado el pasado domingo. 

JV LANDÍN
photo_camera Rubén Figueirido anotó 15 goles en la victoria del Chapela ante el Balonmano Ingenio en un partido disputado el pasado domingo. JV LANDÍN
Rubén Figueirido anotó 15 goles en la victoria del Rodosa Chapela ante el Balonmano Ingenio, el primer triunfo del curso del conjunto de Redondela, que marcha en la última plaza

Para marcar esos goles tiene que darse todo. Deben alinearse los astros. Cuadrar todo perfecto y se dio", reconoce Rubén Figueirido tras protagonizar el primer triunfo del curso del Chapela. Anotó, uno tras otro, 15 tantos de los 31 que hizo la formación de Manuel Fernández Lago ante el conjunto gran canario. Y, sí, los astros se alinearon porque “no recuerdo marcar nunca tantos goles como sénior. Puede ser que en categorías base, cadete o sénior pudiera hacerlo. Pero, de mayor, no”. 

Una vez analizada la excepcionalidad del hecho, el central explica que “salió todo perfecto. Estamos todos muy contentos y, la verdad, es que parte de los que metí fueron gracias a los compañeros. Cinco ya fueron de siete metros y eso es gracias a que los provocan ellos. Me dejaron tirarlos y entraron”, relata. Y a pesar de que la efectividad no fue absoluta: “Cuatro o cinco balones marcharon fuera”. Eso sí, el jugador del Chapela reconoce que “los primeros lanzamientos entraron. Entonces, al estar en una racha positiva, parece que todo va más rodado. El equipo funcionó, estamos engranados y en muchas ocasiones me llegó el balón tras fijaciones de compañeros, que me dejaban espacio para entrar. Todos teníamos muchas ganas de ganar, había ilusión y pudimos llevarnos la victoria”. 

Y es que los dos puntos eran clave para un Rodosa Chapela que marcha último con 3 puntos. El triunfo ante el Balonmano Ingenio le otorga ciertas esperanzas de salvación. Con diez partidos por delante (20 puntos) está a ocho de la zona de permanencia. A ver si podemos comenzar a ganar partidos porque está difícil. “Llevábamos un punto y, anímicamente, es complicado. Anteriormente, en temporadas pasadas, luchábamos por el ascenso y ahora cambió todo. Peleamos por intentar salvarnos y la clave es tener un objetivo. En este caso, es luchar por mantenerse y veremos. Espero que esa victoria nos ayude porque no la esperábamos, era un equipo de arriba y veníamos de perder dos enfrentamientos ante el Cangas y la SAR. Fueron un bajón, pero nos supimos reponer”, relata con claridad Rubén Figueirido. De hecho, el central regresó al equipo hace tres encuentros porque “ya le tengo cariño”. Además, hubo otro factor decisivo y de esos que no salen en las estadísticas. “Me apetecía desconectar un poco y probar con otros deportes. Lo que sucede es que la situación estaba complicada y volvieron otros jugadores como Casal y Galiano, que me convencieron porque son compañeros y amigos. Al final, estamos los tres para intentar solucionarlo”, admite sobre los motivos de su regreso. 

Y lo hizo a pesar de todas las dificultades y para un jugador de nivel, que pasó por el Octavio en División de Honor Plata y por el Novás. “Te fastidia porque yo venía acostumbrado a ganar casi todos los partidos y ahora no es así. Y no me gusta nada perder. El cambio es de forma drástica. Hay que saber reponerse, pelear e intentar salvar la categoría. Si lo hacemos, nos tenemos que recomponer para intentar luchar por el ascenso porque el Chapela es un equipo grande, con historia, que lo que merece es estar arriba”, señala el jugador. 

De esta forma, Rubén Figueirido peleará por dejar al Chapela en Primera Estatal, a pesar de las dificultades. “Estamos motivados y con ilusión. Igual teníamos que haber vuelto unos partidos antes, pero la situación es esta y ahora intentaremos hacer en la segunda vuelta lo que no hicimos en la primera”, describe. Tras la primera victoria del curso se encuentra motivado y admite que “necesitaba un descanso, pero después de tres meses sin jugar, ya lo echaba de menos. La verdad es que estoy muy contento. Eso sí, cuando te dicen que tienes que madrugar un domingo para ir a jugar, eso es lo que menos te gusta”, reconoce. El deportista juega al balonmano desde los seis años y sólo paró esos meses. El balón y el cariño por el Chapela lo devolvieron a la pista para marcar quince tantos. Sí, los astros se alinearon.

Te puede interesar