Gamonal y sus consecuencias hoy

En democracia es prioritario el diálogo franco y sincero para poder consensuar y resolver situaciones de apremio para la convivencia ciudadana. Todo ello debe estar enmarcado en las reglas del juego político que todos aceptamos y refrendamos con el voto y debemos respetarlo. Pero jamás y nunca será la violencia irracional quien haga de juez y parte a la vez, así se iniciaron las dictaduras que hoy azotan el Mundo.
Lo sucedido en Gamonal, Burgos, debe llamar a la reflexión a todos en general tanto a quien hoy gobiernan por mandato de las mayorías como a aquellos que por ese mismo orden fueron relegados a la oposición. Todos juntos deben respetar, compartir y aceptar las reglas de juego que la democracia nos impone. Todo lo demás forma parte activa de esa deriva colectiva, del todo vale en política y que tanto gusta utilizar a la extrema izquierda mediática. Para imponerse por la fuerza y casi siempre carente de razones democráticas.

todas las justificaciones que la extrema izquierda y sus socios en la sombra tratan de aportar son cortinas de humo para distraer, acorralar y finalmente sacar del poder al Pp, su ADN político no le permite aceptar que la derecha gobierne España hoy por los votos mayoritarios de los ciudadanos, y cualquier error o descuido es aprovechado a lo máximo y sin escrúpulos, no para dialogar y consensuar alternativas, sí para imponer su deriva Marxista, incendiando la calle para camuflar todas las tropelías totalitarias. Quienes vivimos hace pocos años situaciones similares que desembocaron ya en desgracia y pesadilla para Venezuela y sus ciudadanos, hoy obligados nos sentimos para alertar de sus demoledoras consecuencias, tanto para la prevención de alteraciones de convivencia ciudadana y orden público como también de irregulares actuaciones de algunas autoridades al negarse a dialogar con los vecinos provocando situaciones confusas que aprovechan los violentos para confundir y asustar para sobre la marcha tomar las riendas de las protestas. Para utilizarlas como arma arrojadiza y sacar provecho político.

Quizás el PP y el Gobierno deben revisar su conducta de ocultamiento cómplice de la herencia recibida. Ello le dieron razones a los responsable de ese desastre para con su habilidad tradicional unir a culpables y cómplices. Para revertir responsabilidades y darle la vuelta a la tortilla. Así, un día sí y el otro también tya están culpando de todos los males que hoy vivimos al Gobierno actual, y este y su partido PP, siguen viendo para otro lado, sin la reacción oportuna para revertir esta anormal mentira. Así crece el desencanto de una derecha mayoritaria. Hoy huérfana de dirigentes valientes y capaces de enfrentar esta repetitiva situación que nos traslada al 2004. Olvidamos que antaño gobernábamos pero no teníamos control institucional, la historia se repite hoy y nadie quiere actuar. Tal vez, estamos facilitando el trabajo político destructor del caos y la violencia callejera que tratan de imponer como solución a los problemas del País. Algunos conocemos su inicio, pero la mayoría ignora las consecuencias. Evitarlo hoy es compromiso imperativo de todo demócrata. Bajo el imperio de la Constitución y las leyes democráticas. Dejar de hacerlo sería un suicidio o traición a la Patria.

Jovellanos decía: Sin libertad y justicia no lo olvidemos sin ambas, jamás será posible construir un futuro de prosperidad y orden ciudadano donde si se potencia la virtud personal y posibilite la felicidad colectiva.

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