A nadie sorprenden las distintas y variopintas formas políticas de medir, o analizar, la muerte de un ser inocente por métodos ajenos a los naturales, al permitir y avalar este crimen de lesa humanidad, o retroceso antropológico, que la izquierda hizo suyos para atacar a una derecha sumisa, acomplejada y cómplice que, paralelamente también involucra a la iglesia católica, defensora a ultranza de la vida.
Lo que sorprenden son los versos sueltos que pululan dentro del PP, con su aptitud fariseica y traicionera, a principios y valores ideológicos. Ya están poniendo en jaque su nula formación política para formar parte de un partido político de centro derecha, así fingen lo que no sienten y se venden al mejor postor, engañando y confundiendo a sus militantes y votantes. Por tal motivo deben ser desenmascarados.
Los que hoy defienden el aborto libre, son los mismos que se erigen como los defensores de los derechos humanos. ¿De quién, o cuáles derechos? Así pretenden pasar página, y que olvidemos aquellos muertos que produjo el aborto libre de ZP. Solo en 2013, 105.000 de los cuales, 8.814 fueron menores de dieciséis años sin autorización o consentimiento de sus progenitores, ignorando el derecho a la vida del no nacido, o los daños colaterales a la sociedad, al privarla de su reproducción normal y natural, que tratan de ocultar, otorgándole a la madre unos derechos ficticios que la examinen de toda responsabilidad, y eso es gravísimo y nos obliga a preguntar ¿quién otorga el derecho a la vida del no nacido? ¿es una ideología política, o la Constitución? Tal vez hoy estamos pagando las consecuencias de treinta años del todo vale en política. Así fue que permitimos el autosecuestro ideológico y moral en la educación de nuestros hijos, que aceptamos, llenos de comodidades ficticias y embaucadoras ayudas, liberándonos del compromiso de padres, que la derecha, llena de complejos, no supo enfrentar en su momento. Hoy ya nos echamos las manos a la cabeza al observar todos los destrozos educativos, morales y sociales, que hablan por si solos y afectan a la familia.
Todo lo escrito ya no sorprende a nadie, forma parte del 'relativismo inmoral' que tiene años, practicando la izquierda, que el PP trata de desmarcarse y llevaba como una prioridad en su programa de gobierno, en 2011, que por fin ya quiere poner en marcha Mariano Rajoy. Quienes a ella se oponen y además exigen consenso, son aquellos que ya aprobaron la reforma de ZP en 2010, sin el apoyo del principal partido de la oposición, el PP, utilizando su rodillo mayoritario, el mismo que hoy le niega a quien gobierna.
Lo lamentable de todo ello son los versos sueltos del PP, haciendo alarde de una falta grave, de afinidad ideológica y moral, se unen al adversario para hacer causa común y frenar dicha ley, juegan al despiste y la 'ruleta ruta', con balas de fogueo político. Ya se olvidaron de quienes, con su voto libre, los llevaron a esos cargos que hoy ostenta. Así vivimos contradicciones ideológicas como oponerse a la nueva ley del aborto y, paralelamente, negarle la adopción a un matrimonio homosexual, aquellos que ellos mismos casaron, avalaron y fueron testigos, justificando con un 'son amigos míos y punto', tal vez, sean estos, los dramas que hoy acechan al PP y a Mariano Rajoy. Tan necesitados de consensos y sentido común para cambiar el rumbo y destino, que hoy vive España, rescatando principios y valores morales caiga quien caiga, para no dejar huérfanos a sus militantes, votantes y vd. mismo. Esto decía hace años Corand Adenauer: 'La mejor fórmula para aplacar un tigre, nunca será dejarse devorar por el'.
Los que hoy defienden el aborto libre, son los mismos que se erigen como los defensores de los derechos humanos. ¿De quién, o cuáles derechos? Así pretenden pasar página, y que olvidemos aquellos muertos que produjo el aborto libre de ZP. Solo en 2013, 105.000 de los cuales, 8.814 fueron menores de dieciséis años sin autorización o consentimiento de sus progenitores, ignorando el derecho a la vida del no nacido, o los daños colaterales a la sociedad, al privarla de su reproducción normal y natural, que tratan de ocultar, otorgándole a la madre unos derechos ficticios que la examinen de toda responsabilidad, y eso es gravísimo y nos obliga a preguntar ¿quién otorga el derecho a la vida del no nacido? ¿es una ideología política, o la Constitución? Tal vez hoy estamos pagando las consecuencias de treinta años del todo vale en política. Así fue que permitimos el autosecuestro ideológico y moral en la educación de nuestros hijos, que aceptamos, llenos de comodidades ficticias y embaucadoras ayudas, liberándonos del compromiso de padres, que la derecha, llena de complejos, no supo enfrentar en su momento. Hoy ya nos echamos las manos a la cabeza al observar todos los destrozos educativos, morales y sociales, que hablan por si solos y afectan a la familia.
Todo lo escrito ya no sorprende a nadie, forma parte del 'relativismo inmoral' que tiene años, practicando la izquierda, que el PP trata de desmarcarse y llevaba como una prioridad en su programa de gobierno, en 2011, que por fin ya quiere poner en marcha Mariano Rajoy. Quienes a ella se oponen y además exigen consenso, son aquellos que ya aprobaron la reforma de ZP en 2010, sin el apoyo del principal partido de la oposición, el PP, utilizando su rodillo mayoritario, el mismo que hoy le niega a quien gobierna.
Lo lamentable de todo ello son los versos sueltos del PP, haciendo alarde de una falta grave, de afinidad ideológica y moral, se unen al adversario para hacer causa común y frenar dicha ley, juegan al despiste y la 'ruleta ruta', con balas de fogueo político. Ya se olvidaron de quienes, con su voto libre, los llevaron a esos cargos que hoy ostenta. Así vivimos contradicciones ideológicas como oponerse a la nueva ley del aborto y, paralelamente, negarle la adopción a un matrimonio homosexual, aquellos que ellos mismos casaron, avalaron y fueron testigos, justificando con un 'son amigos míos y punto', tal vez, sean estos, los dramas que hoy acechan al PP y a Mariano Rajoy. Tan necesitados de consensos y sentido común para cambiar el rumbo y destino, que hoy vive España, rescatando principios y valores morales caiga quien caiga, para no dejar huérfanos a sus militantes, votantes y vd. mismo. Esto decía hace años Corand Adenauer: 'La mejor fórmula para aplacar un tigre, nunca será dejarse devorar por el'.
