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Comuneros de Baíña exigen a Diana que cese el pastoreo

El abogado, Juan Blanco, con el presidente, Juan Domínguez.
photo_camera El abogado, Juan Blanco, con el presidente, Juan Domínguez.

Aseguran que la propietaria de las 120 vacas que pastan en "propiedad privada" nunca contactó con ellos para negociar

nnn Los comuneros de Baíña exigen que se cumpla la sentencia que obliga a Diana Pino González propietaria de 120 vacas autóctonas a "cesar el pastoreo libre y sin control en el monte comunal". En asamblea celebrada el miércoles los 142 comuneros  acordaron por unanimidad continuar con el proceso e interponer demanda de ejecución de la sentencia dictada el 4 de octubre de 2016 por el Juzgado de primera instancia número 3 de Vigo. La demanda de ejecución irá acompañaba de una orden de  apercibimiento  y multa coercitiva de acuerdo con el código penal. 
El abogado de los comuneros, Juan Blanco, explicó que las vacas de Diana andan sueltas  y causaron una serie de daños en fincas privadas y que aunque le requirieron el cese de actividad mediante bureau-fax, la interesada jamás contactó ni con la junta rectora ni con la comunidad para intentar llegar a un acuerdo. En vez de insistir en  se puso en contacto  por los que le requirieron el cese de la actividad de pastoreo mediante un burofax que ella no contestó. Tampoco se puso en contacto con la junta rectora ni con la comunidad de montes para intentar un acuerdo de cesión o alquiler. Al contrario, demandó a la comunidad por no permitirle ser comunera, reclamación que el juez desestimó y que Diana recurrió ante la Audiencia Provincial. 
De acuerdo con la Ley de Montes Vecinales de Manocomún se exige tener residencia habitual en Baíña durante diez meses al año y vinculación vecinal, pero según se puso de manifiesto en el juicio  "nadie la ha visto en los sitios habituales de reunión, como la iglesia, la panadería, en el centro social", matizó el letrado. 
Según el informe pericial, la granja está en suelo rústico de protección forestal y según el PGOM de 2014 no podría tener uso  ganadero, mientras que las construcciones realizadas son "ilegales e ilegalizables". La propiedad carece, además, de licencia de construcción y de licencia de actividad  porque fue suspendida por  Concello. Asimismo, presenta problemas con las cubiertas, según informe de la policía local e hizo movimientos de tierra sin licencia provocando vertidos al monte. Otro informe del Seprona establece que la explotación no cumple los requisitos de sanidad animal porque no existe sistema de evacuación de los excrementos de las vacas. 
El presidente de la Comunidad de Montes, Juan Domínguez, explicó que los vecinos le reclaman que cese n su actividad porque  ocasionó muchos daños en fincas. "Tenemos vallados donde hay plantaciones y las vacas entran y causan destrozos", alegó. 
Aseguró además, que Diana Pino “nunca estuvo con nosotros para intentar dialogar o arreglar el problema. Por eso en las distintas asambleas siempre sale que no”. Insistió, en que no vive en la explotación  y alegó que "la granja está situada a 400 metros  justo encima del embalse de Baíña que suministra el agua a una población de 12.000 habitantes"; si bien precisó que los comuneros no  son nadie para decirle que cierre la explotación. "Lo único que tiene que hacer es cerrar la puerta. Cesar la actividad del pastoreo y recoger las vacas dentro de su propiedad". 
Entiende que no es preciso esperar la resolución del recurso porque  "hay una sentencia firme, que le obliga a cesar el aprovechamiento del monte y la granja es una especie de isla  rodeada por monte comunal. Cualquier vaca que cruce la puerta y salga del recinto está en propiedad privada", alegó. n 

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