Opinión

Tonto es el que dice tonterías

El Vicepresidente de Vox de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo no sabe de embarazos ni de muchas otras cosas. Entre ellas, desconoce que es mejor estar callado y parecer estúpido que abrir la boca y disipar las pocas dudas que pudiese haber, sobre todo si el individuo en cuestión disfruta interviniendo a la menor ocasión para no dejar a nadie indiferente. Si tonto es el que dice tonterías, qué más podemos decir. Que su solo aspecto y actitud ya le identifican indubitadamente con el partido al que pertenece, sus alocuciones le confirman como el ejemplo de lo que VOX representa y es en esencia, una formación que construye los pilares de su ideología política sobre la intolerancia y la imposición.
El líder regional sin funciones de Vox en el Gobierno autonómico discurrió después de un café cargado en su despacho vacío que era indispensable un protocolo para asistir a mujeres embarazadas que obligaba a los médicos a ofrecer escuchar el latido fetal o realizar una ecografía 4D. Y como lo pensó lo dijo, entusiasmado y orgulloso de sí mismo. Tan contento le vieron sus socios en el Ejecutivo que, al principio, ni se atrevieron a contradecirle. Le hizo tanta ilusión que hasta el Presidente de la Junta se tomó su tiempo para afirmar que ni se modificaría el protocolo del aborto ni se obligaría a médicos ni mujeres a nada. La dilación en sus manifestaciones se tradujo en un requerimiento del Gobierno instando a la Comunidad Autónoma que se abstuviese de aprobar o aplicar cualquier medida que contraviniese la normativa estatal en vigor, que Mañueco afeó inadmitiendo y asegurando que no existe ningún protocolo ni nueva medida antiabortista. 
Y sin más, volvemos a la casilla de salida. A pesar del ridículo y la indignación generalizada, hasta la próxima peligrosa ocurrencia, en el ámbito territorial que toque, evidenciando el peligro de otorgar a VOX la fuerza para obtener responsabilidades de gobierno, poniendo en dificultades a un Partido Popular que negará tres veces pactar con la ultraderecha de Abascal y dando alas a un Sánchez que duerme y descansa en un colchón a medida, hecho de nubes, sueños, pétalos de rosas, y tréboles de cuatro hojas. Ríete tú de Pikolín.

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