Opinión

Visitadoras

Los políticos tienen que ser consecuentes y adaptar sus palabras a los hechos. Y no, no me refiero a la dimisión exprés de Màxim Huerta, ex ministro de Cultura y Deporte, voluntaria o forzada, por cuestiones éticas y estéticas. En este caso la disonancia está en las palabras de la concejal popular de Pinto (Madrid), Rosa Ganso, que justificó el ejercicio de la prostitución como “un servicio para los feos y discapacitados”. Aceptando como válida la premisa mayor, que ya es aceptar, habría que llevar este convencimiento hasta las últimas consecuencias y, con las enseñanzas del premio nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, establecer un equipo de ‘visitadoras’ que aliviaran a estas personas con todas las garantías de protección social y revisiones médicas, y encargar de su puesta en marcha a una persona tan dedicada y tan recta como Pantaleón Pantoja. Como se sabe, la historia no acabó bien. Y, tras esas declaraciones, la vida política de la concejal tampoco debiera.

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