Opinión

FIN DE LA RECESIÓN Y ¿QUÉ MÁS?

Es muy normal, y casi obligado dentro de un orden, que los gobiernos, sobre todo cuando se encuentran tan acosados como el que tiene España en estos momentos, traten de dar buena noticias, aunque sea a costa de exagerar mas allá de lo razonable los brotes incipientes de una economía demolida como la nuestra. Ya he escrito en alguna ocasión acerca de la conveniencia de no echar las campanas al vuelo antes de tiempo, porque puede suceder que esas alharacas acaben convirtiéndose en un problema incluso de mayor envergadura que el que se trata de superar. Para eso es necesario entender un poco los términos, para que lenguaje no oscurezca los conceptos.


Fin de la recesión, se grita desde instancias oficiales y otras que no lo son tanto pero a ellas vinculadas por vía directa o indirecta. ¿Y eso qué quiere decir? Pues en términos reales no mucho. Vamos a ver: recesión es una palabra técnica que se emplea para definir una economía que por mas de dos o tres trimestres seguidos tiene crecimiento negativo. Dos decrecimientos consecutivos generan, pues, el empleo de ese término. Por cierto que un crecimiento negativo puede incluso subsistir combinado con tasas de inflación insoportables, pero este es otro asunto. ¿Qué ocurre, entonces, si, por ejemplo, en el trimestre que viene tenemos un crecimiento positivo del 0',1%?. Pues aunque sea ridículo se podrá gritar con certeza doctrinal que hemos concluido la recesión y, ello supuesto, para que regresáramos a esa situación tendríamos que reanudar el ritmo con otros dos trimestres negativos. ¿Es esto probable? A corto plazo creo que no. ¿Es entonces plausible que pronto abandonemos la recesión? Pues sí, sinceramente creo que sí, esto es, que vamos a tener un momento en el que la economía va a volver a crecer, sobre todo porque hemos caído tanto, nos hemos empobrecido de tal manera, hemos jibarizado la actividad económica con tal intensidad, que es difícil seguir cayendo mucho mas, y cuando ya no te caes es cuando comienzas a subir, a levantarte de los suelos en los que has sido arrojado por obra y gracia de una serie de circunstancias de las que hemos hablado sobradamente.


Bien, ¿y en qué se traduce eso de crecer? ¿Cuánto y en qué medida vamos a recibir ese crecimiento? Pues el tanto por ciento es impredecible pero no es ser agorero ni malintencionado ni pesimista profesional asegurar que no va a ser demasiado espectacular, vamos que nos moveremos en entornos del 0,5, quizás el 1% según los cálculos mas optimistas. Bueno, bien, y ¿eso qué quiere decir en términos de empleo, que es el principal problema de nos asola? Pues poco o casi nada. ¿Por qué? Pues porque con esos niveles de crecimiento es difícil que los empresarios se aventuren a incrementar los puestos de trabajo. Cuando la actividad económica decrece las empresas reducen plantilla. Para volver a incrementarlas necesitan tener una clara y rotunda confianza en el inmediato futuro. ¿Y esos crecimientos no aportan esa confianza? Pues por si solos no. Tenemos los empresarios que ver el incremento de la demanda interna, la recuperación del consumo, el incremento de las cifras de ventas, la reducción de nuestros almacenes..:en fin, eso que sufrimos todos los días. ¿Y algo más? Pues si y capital: que los bancos vuelvan a prestar al menos para financiación de circulante, porque, como dije en un programa de Intereconomía el pasado miércoles, se ha dado la circunstancia de que los retrasos de las nóminas de empleados de muchas empresas españolas han servido para aportar fondos al circulante empresarial, dado que los bancos se negaban a poner dinero en las cajas empresariales, de modo que han sido los propios trabajadores los que con esos retrasos han contribuido a financiar la empresa, y eso sencillamente no puede ser, aunque las circunstancias lo hayan convertido en un instrumento imprescindible de supervivencia en algunos casos.


Por tanto el gobierno gritará fin de la recesión y tendrá la razón técnica en lo macroeconómico. Pero nosotros no vamos a ver nada espectacular a corto plazo a pesar de esos gritos justificados. Algo es algo, no cabe duda, pero no es ni mucho menos todo. Además de ese concepto macroeconómico necesitamos lo micro, lo empresarial. Hay que recomponer el tejido empresarial que ha sido diezmado, casi demolido en las pymes en esta crisis. Porque supongo que tendrán claro que el desempleo solo se cura con empresas rentables capaces de subsistir en un entorno de economía abierta, internacionalizada. Ya estamos incrementando las exportaciones y eso es magnifica noticia. Pero necesitamos una política mucho mas rotunda y decidida de estimulo empresarial: impuestos y cotizaciones sociales son capitales en este contexto. Y que no nos pidan que tengamos confianza de nuevo en un par de días. Hemos sufrido mucho los empresarios y los trabajadores y vamos a seguir sufriendo por un tiempo. Y estamos dispuestos a ello, entre otras razones porque no tenemos opción. Pero si el gobierno se limita a gritar fin de la recesión y no a estimular la recomposición del tejido empresarial, la salida de esto nos costará todavía mucho mas tiempo de sufrir. Y ya está bien


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