Opinión

Un triunfo personal y un consenso

La apabullante victoria conseguida por Abel Caballero le convierte en el alcalde mejor valorado de España y le hace referencia política obligada para el partido al que pertenece y con el que no ha tenido necesidad de contar para nada porque el solo se ha bastado para obtener un triunfo histórico. Caballero ha confiado plenamente en su núcleo duro –ese que le ha acompañado a todas partes y ha hecho las veces de guardia de corps para los buenos y los malos momentos- y no ha necesitado a los mandamases socialistas venidos de fuera para desarrollar sus estrategias. El alcalde ha pescado en todos los caladeros, ha borrado del mapa al PP que pierde la mitad de sus votantes, ha laminado a sus socios y colaboradores del BNG –no han alcanzado el 5% y se quedan fuera de la corporación- y se ha llevado votos a manos llenas de la izquierda y también de la derecha. En los reductos populares de siempre ha doblado en votos a la candidata de la derecha como son los casos de García Barbón y la Plaza de Compostela, y su triunfo ha sido apoteósico precisamente en aquellos distritos de la ciudad desde los que se observa su polémico barco instalado sobre la base de una plazoleta, Ante una evidencia de esta categoría sobran los análisis y no hay más que aceptar la evidencia.
Caballero es hoy una figura de muchos quilates en el PSOE. Tras un secretario general que lo es por decisión de sus compañeros de partido, y una presidenta de Andalucía a la que aún no han dejado revalidar su cargo, el alcalde de Vigo se manifiesta como el tercero en discordia al que le respaldan además los votos de una ciudad que, tras años y años de abrasar a sus alcaldes e impedirles revalida su cargo, parece haber obtenido finalmente un consenso. Caballero es hoy alcalde por pleno consenso. Ha captado la eterna insatisfacción de los vigueses que se han sentido permanentemente ninguneados por los gobiernos de la Xunta, y ha sabido gestionar con verdadera habilidad ese latente sentimiento. Los errores ajenos, sano es también reconocerlo, le han ofrecido su espectacular victoria en bandeja y Alberto Núñez deberá examinar con humildad y sentido común la desastrosa actuación del PP en Vigo y para con Vigo que ha pagado con su peor derrota de todos los tiempos.
No queda otra cosa que rendir tributo a un resultado como éste aunque tampoco está de más sugerirle al alcalde que administre con tiento y generosidad este cheque en blanco. Tiempo habrá de estudiar en pormenor los hechos.

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