Opinión

La crítica nacional

Esta manía tan nuestra de considerar inferior aquello que nos pertenece en comparación con otros países a la hora administrar tratamiento en las mismas circunstancias, nos ha hecho un daño muy grande y nos lo seguirá haciendo porque en nuestra constante y muy apreciable evolución hay cosas que no parecen cambiar y esta es una de ellas. Somos nuestros peores enemigos y quizá por ello a alguien se le ocurrió inventar sobre la marcha eso de la Marca España que es como echar mano de una asociación que en la propia ciudad donde se funda lo hace bajo el nombre de “Sociedad de Amigos de…” como si el resto de sus habitantes fuera tan hostil que se necesitara un colectivo mínimamente estructurado para acometer la defensa.
Los españoles somos muy crueles con nosotros mismos y solemos extralimitarnos en los juicios de valor que emitimos para juzgar nuestros propios comportamientos, un ejercicio muy desafortunado y en mi opinión injusto con frecuencia que ha crecido considerablemente desde que existen las llamadas redes sociales, esos canales de expresión muy recientes, no sometidos a disciplina alguna, en los que, amparados en el anonimato, cada uno puede emitir el disparate que quiera sin atenerse a las consecuencias. Por ejemplo, nos quejamos amargamente de la lentitud de nuestra administración de Justicia y seguramente tenemos razón, pero no volvemos la vista a los lados para observar las flaquezas de los que nos rodean. Acabo de saber que se reanuda el juicio contra un famoso preso español llamado Pablo Ibar, sobrino del tristemente fallecido Urtaín, al que se condenó a muerte por un triple asesinato cometido en Florida en 1994 y de cuyo procedimiento se desprendieron tantas dudas que se ha ordenado repetirlo. Han pasado casi veinticinco años desde la comisión de este delito y el acusado ha pasado quince en el corredor de la muerte. La primera vista está fijada para mediados de agosto y en ella la fiscalía ya ha anunciado que volverá a solicitar la pena capital. Si una situación de esta naturaleza se diera en España yo me daría de baja en mi país porque no puedo imaginar una situación más bochornosa pero aún si además el reo fuera declarado en esta segunda ocasión inocente como solicitan sus letrados, cuya tesis es sostener que Ibar jamás estuvo allí cuando se cometió el crimen. Pero que yo sepa, el público usuario de twiter, tan saleroso a la hora de emitir sentencias, no ha dicho ni pío y nunca mejor aplicado el término. 
“No te preguntes lo que tu país puede hacer por ti -decía John Kennedy en uno de sus históricos discursos- sino lo que tú puedes hacer por tu país”. Nosotros esa pregunta hace mucho que ni la contestamos y ni siquiera la hacemos.
 

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