Opinión

EXPECTATIVAS

Los grandes acontecimientos provocan en nosotros actitudes de expectación. Activan una especie de esperanza vibrante que nos mantiene en cierta tensión. Fijan nuestra atención en los aspectos que más puedan afectarnos. Estimulan nuestra proyección al futuro.


Entra por medio un punto de incertidumbre cuando la expectativa se refiere a situaciones obscuras o plurivalentes. Incluso llegamos a la ansiedad cuando nos va mucho en el acontecimiento de referencia. Se genera una esperanza viva si tenemos en perspectiva la posibilidad de un gran beneficio.


Expectantes están los padres cuando va a nacer su hijo. En ellos va creciendo un sentimiento rico y complejo integrado por la confianza, la incertidumbre, el riesgo, el interrogante, la ternura... Participan de la sorprendente sensación producida por la llamada de un ser nuevo que va a entrar en el hogar, por la responsabilidad de unas atenciones indispensables, por el misterio viviente que anida en el seno materno.


En expectativa nos mantienen acontecimientos que afectan directamente nuestro a presente y a nuestro futuro. ¿Qué harán con nuestros votos? ¿Cuáles son lo intereses reales que mueven a los que pactan y a los que no pactan? ¿Cuáles son sus verdaderos objetivos? ¿Qué buscan en realidad unos y otros? ¿Y nosotros...? ¿En qué medida contamos nosotros?


La expectativa es un componente esencial de nuestra existencia. Actúa como motor de nuestros desarrollos personales. En muchos casos se convierte en voz de alarma para que atendamos a nuestra situación en la vida. Otras veces sacude nuestras perezosas comodidades. O también nos arranca de fijaciones que bloquean nuestros progresos.


Un hombre sin expectativas es un hombre que carece de futuro. Se convierte en un ser dominado por todos los aprovechados. Sufrirá el impacto de todas las circunstancias dispares e inesperadas. Se puede perder en el desaliento que le propician unos hechos que no controla.


La expectativa es pariente próxima de nuestras mejores esperanzas. Favorece movimientos positivos de solidaridad humana. Ayuda eficazmente nuestros compromisos de responsabilización. Supera los derrotismos pesimistas. Nos mantiene en texitura de victoria. Potencia nuestras capacidades de superación.


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