Opinión

Satélites desde Vigo

A lo largo de este siglo no se ha implantado en Vigo una sola empresa de cierta importancia, y para recordar las últimas en llegar a la Muy Leal hay que remontarse a las firmas de la automoción que se asentaron en el Parque Tecnológico, que trajeron empleo y alta tecnología y extendieron el complejo industrial vigués. Desde entonces, en el mejor de los casos hubo algunas ampliaciones de negocios, a veces en la ciudad y otras en el área metropolitana, como acaba de pasar con Benteller, cuya segunda factoría se fue a Mos al no haber 20.000 metros de suelo empresarial en Vigo. Así estamos.
Hay una esperanza sólida: en este tiempo ha aparecido el sector aeroespacial, que ayer estuvo de congreso en Vigo, y ahí sí que hay opciones serias para crecer. Fernando Aguado, que lidera con éxito el grupo aeroespacial de la Universidad de Vigo, aseguraba ayer que hay condiciones para crear una suerte de Sillicon Valley en las Rías Baixas, lo que es mucho decir. Aguado nunca habla por hablar y sabe lo que tiene entre manos, como artífice de la producción y lanzamiento de siete satélites, todos de pequeño tamaño, con marca Vigo. La Universidad, quizá con buen criterio para impulsar su campus de Ourense, decidió abrir en la capital de las Burgas la titulación aeroespacial, en tanto que Zona Franca Vigo apostó por instalar en Porto Molle, en  Nigrán, el centro de producción de picosatélites. En todo caso, la marca Vigo se mantiene y eso es importante.
PD. La empresa pública gestora de infraestructuras ADIF ha confirmado que en dos o tres meses se podrá ir de Vigo a Madrid en cinco horas. Y en tres horas y 20 en 2020. Por Santiago, claro. Cerdedo nunca se va a construir. 

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