La Muy Leal es relativamente joven como ciudad, apenas 200 años, y algo más antigua como villa, quizá diez siglos, y aún lo es más como poblamiento. Sus orígenes se remontan al menos a la época megalítica y de ello dan fe la profusión de dólmenes esparcidos por el territorio. Luego llegarían los castreños con una presencia que resulta todavía visible en las docenas de poblados hallados, siendo el actual parque del Castro probablemente el segundo en extensión y “vecinos” de toda la vieja Gallaecia, una auténtica citania no muy inferior al Tecla de A Guarda. Finalmente llegarían los romanos y lo que parecía una pequeña aldea –un Vicus- está dando sorpresa tras sorpresa y urge rescribir su pasado. Ya se sabe que el Vigo tardorromano, entre los siglo III y V, fue un gran puerto dedicado a la exportación de productos del salazón, así que en realidad no muy distinto a lo que es hoy. Se han localizado enormes salinas, varias villas de gran tamaño, destacando Mirambell, factorías de salazones –la última en una playa próxima a Canido- e incluso otros restos significativos como estelas funerarias, una vía y la basa de lo que podría ser una columna de un templo.
Falta por hallar, si es lo que lo hubo, algún gran edificio civil que lo cambiaría todo y obligaría a echar por tierra todo lo escrito y comenzar a pensar en que Vigo ya era una pequeña ciudad de la costa imperial del mundo romano, con un puerto de comercio con el Norte de Europa y con una población asentada relativamente importante.
Sobre el origen del nombre de Vigo hay un par de propuestas de interés, no excluyentes entre sí. Una, que asegura que el nombre original de la población era Burbida, que concuerda con lo que dejaron escrito los geógrafos romanos. Acerca de por qué Vigo se llama así, hay una sólida hipótesis que relaciona dicho topónimo con un nombre de raíz vikinga, Wig, como denominaba a un tipo específico de bahías. O Vicedo, en el norte de Galicia, tendría idéntica procedencia. La historia de la joven/vieja Muy Leal está todavía por escribir. Continuará...
