Opinión

El Vigo que viene (o no)

Hagamos un poco de futurología, basada no en una bola de cristal sino en proyecciones y bases sólidas. De ahí se puede deducir que el Vigo del futuro próximo será metropolitano o no será nada. Y será muy distinto en cuanto a su composición, con entre el 10 y el 20 por ciento de la población de origen extranjero. Lo primero es deseable y la única forma de que esta ciudad tenga un papel que jugar en el contexto nacional. Por tamaño, Vigo no pasa del número 14 en España (quizá alcance el 13, Valladolid está a tiro), pero en un contexto metropolitano sería otra cosa: ahí podría presentarse al frente de una conurbación de medio millón de vecinos, y ese ya es otro nivel, como ocurre en Oporto. La ciudad lusa tiene menos habitantes que Vigo, pero es la capital de metropolitana de un millón de residentes. 

Ni siquiera la posición de Vigo en Galicia es segura. A Coruña cuenta con 48.000 vecinos menos, pero en los dos últimos años ha crecido con fuerza y ha puesto en marcha un programa de vivienda para 10.000 personas más. Además, siempre está sobre la mesa su fusión con Arteixo, que le daría superficie y población, como en su día Vigo cuando se unió a Bouzas y Lavadores. 

En cuanto a lo segundo, la llegada de inmigrantes, es prácticamente seguro que seguirá aumentando. En España se estima que en un período corto, de 25 a 30 años, la mitad de la población estará formada por extranjeros o sus hijos. Vigo tiene a favor, como Galicia, que la mayoría de los recién llegados proceden de Sudamérica, por lo que su integración es relativamente sencilla. Pero hay otra ola que ya empieza a llegar y va a ser imparable, la de África, el único continente que sigue creciendo en población hasta duplicar su tamaño en breve. Millones de personas viajarán a su Norte para encontrar un mejor futuro. Y aquí estaremos.

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