Contaba ayer el presidente del Puerto que los nuevos planes para mantener la actividad en la senda del éxito, como en este primer trimestre, pasan en gran parte por potenciar la terminal de Bouzas, la primera de Vigo. Una justa vuelva al pasado, cuando Bouzas era como mínimo como Vigo, si bien no haber conseguido el título de ciudad le perjudicó. En otro caso, y haciendo una ucronía, bien podría haberse unido Vigo a Bouzas y no al revés. Bouzas tenía entonces una población solo algo inferior y una flota superior a la viguesa, además de incorporar la mayor línea de playa. Sin la unión (anexión es una palabra de tintes bélicos) de ambos ayuntamientos, todo habría ido peor para vigueses y boucenses.
Sin la plataforma de Bouzas, Stellantis (antes PSA, antes Citroën) con toda seguridad habría levantado vuelo. El director que más tiempo estuvo al frente de la planta de Balaídos contó en más de una ocasión que tuvo que ejercer toda la presión para construir el puente y la autovía interna. Sin Bouzas no habría Stellantis y sin Stellantis, adiós Vigo.
Ahora el puerto plantea ampliar líneas desde Bouzas y espera que a medio o largo plazo se pueda trazar el ferrocarril de mercancías para trasladar coches y piezas y consolidar Bouzas como el primer puerto de la automoción de España, quizá de Europa. No va a ser fácil, si es que se consigue algún día. La alternativa será mantener las cosas como están, y ese es el mejor camino para la decadencia. Bouzas revive como potencia marítima y crece la villa con algunas de las pocas urbanizaciones en marcha, una ya completa en el centro y otra en las cercanías de Coia. Si a Bouzas le va bien, a todo Vigo le irá bien.
