Opinión

Beiramar no es una calle más

Beiramar no es una calle cualquiera, sino dos en una: una avenida urbana, ahora mismo la que mayor tráfico recibe por el cierre del centro, y el principal vial portuario, clave para que pueda funcionar O Berbés y el transporte de grandes piezas hacia los muelles comerciales. Por todo ello y mucho más Beiramar es el símbolo del Puerto y la Autoridad Portuaria nunca va a renunciar a su competencia por razones de supervivencia. La experiencia acumulada ha llevado a los presidentes portuarios, de todos los colores, a fiarse poco de la Administración local. 

Eso no significa que no pueda tener un perfil más urbano. Recientemente, se retranqueó y redujo de tamaño la valla que separaba el territorio portuario del resto de la ciudad, un hecho con carga simbólica. Ahora el Puerto ha previsto reconvertir un pantalán en ruinas en la base para un club náutico que cambiará notablemente el paisaje de congeladores de altura. La transformación del antiguo frigorífico en un centro empresarial pesquero va en el mismo camino. Pero con seguridad el cambio definitivo llegará cuando se construya el túnel desde O Berbés hasta la calle Coruña, que no será sino extender el existente. Una especie de M-30 a la viguesa o una gran vía soterrada que aliviará la circulación y permitirá utilizar la superficie para acercar Vigo al mar en una zona sensible. Ahí está la cuestión, porque su aprobación y desarrollo dependerá no solo de cubrir el presupuesto -puede ser de 80 millones o incluso más- sino sobre todo de que no afecte al funcionamiento del puerto pesquero. En el pasado hubo un intento que se vino abajo por las alegaciones del sector marítimo, temerosas, no sin razón, de dejar O Berbés constreñido como una aldea gala, lo que sería un disparo en el propio pie: en el último censo realizado se contabilizaron 4.200 personas trabajando a diario en el interior del pesquero, apenas 1.800 menos que en Stellantis. Porque Vigo es su puerto.

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