Opinión

El día que murió la "geringonza"

En las recientes elecciones portuguesas, el pueblo luso ha demostrado que es bastante más inteligente de lo que algunos creían. Y además, que Antonio Costa, flamante primer ministro electo, sabe moverse en la cosa politica con certeras mañas que le están cosechando triunfos. Únicamente la pérdida inesperada de la Alcaldía de Lisboa pudo presagiar un fracaso que ahora ha enmendado. Pese a tener al alcalde Moedas en Lisboa, el triunfo general ha sido para Antonio Costa, que premio al antiguo regidor, Fernando Medina, colocándolo en la lista de las legislativas.
El gran ganador de estos comicios ha sido el Chega que pasó de 1 a 12 diputados, la tercera fuerza en el nuevo Parlamento. Increíble victoria de la extrema derecha aunque únicamente le va a servir para armar jaleo en Sâo Bento. Costa ha conseguido mentalizar en el sentido de que el voto útil de la izquierda era el PS y lo consiguió. Grandes derrotas del Bloco, de los comunistas, verdes y demás, que han visto como sus votos disminuían lamentablemente.
Pero vayamos al fracaso del PSD, el centro derecha que, por lo que se colige, está lejos de encontrar un verdadero líder que emule al mítico Sá Carneiro, su fundador. Los que me siguen aquí habrán visto que mis preferencias por Rui Río son mínimas, si es que tengo algunas. Me parece una persona que políticamente es poco de fiar. Para empezar, habremos de recordar que su feudo natural es Porto, donde fue alcalde. Y en estas elecciones en la capital del norte venció también el PS. Muchos opinaban que, por ser del norte, en el centro y el sur fracasaría, pero lamentablemente para él perdió también en su feudo. ¿Por qué?
Hay una situación que nunca he comprendido: cuando le nombraron jefe del PSD y candidato. El pueblo suele tener memoria. Cuando Ruí Rio, que lo hizo bien como alcalde, dejó la Cámara de Porto, su partido, el PSD, propuso a un candidato para sucederlo y Rui Rio lo rechazó y apoyó a otro, Ruí Moreira, que formó partido y ganó las elecciones frente al candidato del partido de Rui Rio que era y sigue siendo el PSD. Muchos nunca comprendemos el porqué el partido le eligió como candidato en estas elecciones. Muy mal deben andar las cosas en el partido para llegar a este extremo. La noche electoral renunció el presidente del CDS, pero también abrió la puerta de salida el gran perdedor Rui Rio. Lo mejor que pudo hacer, porque me consta que muchos políticos de talla siempre del PSD nunca les ha gustado el personaje.
Porque además ha habido una táctica errada en la campaña. Mientras Costa atacaba a los de su izquierda que formaron con la célebre “Geringonza” consiguiendo unir a la izquierda en torno suyo, el PSD anduvo en otra batalla y así el resultado.
Aquella célebre “amalgama” de la anterior legislatura calculó mal sus acciones. Se opuso a los Presupuestos a sabiendas que Costa disolvería la Cámara, como así fue, y lo han pagado bien caro en las urnas. Han cosechado el fracaso estrepitoso porque vivian al margen de la realidad y les salió muy mal la jugada. 
Es triste que aún con esto protesten por la disolución de la Asamblea. ¿Que pretendían? Costa ha sabido mantener el tipo y luchar contra viento y marea y le ha salido bien, como se vio en la noche electoral, ya antes del escrutinio, con una sonrisa reveladora de su gran victoria. Ahora para nada necesita a los de su izquierda, le llega su mayoría para gobernar el país.

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