Opinión

El fútbol

Toda mi vida he sido atleta y en todo tipo de deportes. Sin embargo, jamás jugué al fútbol. Es más, durante mi educación en un colegio británico en Buenos Aires el deporte del balompié era prohibido. Ni en los recreos podíamos darle a un balón redondo. Hacíamos gimnasia, atletismo, rugby, cricket, boxeo y natación. Un listado muy amplio, pero el fútbol. ¡Prohibido! Cuando acabé mis estudios y me incorporé a la escuela de ingeniera en Cornualles, Inglaterra encontré que los deportes incluían el fútbol, sin embargo eran pocos los ingleses que lo practicaban y la mayoría que formaban el equipo eran los estudiantes extranjeros. Esto no quiere decir que estaba en contra de este deporte supremo, simplemente nunca me interesó. El refrán de la época de que el rugby era un deporte de gamberros practicado por caballeros y el futbol era inversa siempre me causó gracia porque al fin y al cabo un deporte es un deporte. Recuerdo un momento determinado en los años 60, nuevamente destinado a Vigo que todos los sábados acudía al bar ‘Cabanelas’ en el Calvario con mi suegro a ver jugar al Real Madrid, durante la época gloriosa de Di Stefano y Gento. Café, copa de coñac y un puro formaba parte de la peña. Además, con un compañero de la oficina jugábamos la quiniela de la semana y recibo en mano escuchábamos a la radio mientras se desarrollaban los partidos de liga apuntando la ‘X’, ‘1’ y ‘2’. Creo que una vez acertamos 13 pero también lo hizo todo el mundo. Pasaron los años y naturalmente la edad. El atletismo lo deje con solo 19 años, el rugby y el squash - otro deporte al que me gustaba - a los 35 y luego estaba el golf, una pasión que dejé hace solo unos pocos años. Traté de jugar al tenis pero sin éxito y eso que teníamos una de las pocas pistas en Vigo durante la época del Cable Ingles. Volviendo a la actualidad y después de décadas tuve la oportunidad de ver un partido de fútbol por primera vez cuando era el Cónsul Honorario Británico. Jugaba el Celtic de Glasgow contra en Celta en la clasificación por la copa de la EUFA de los años 2002/2003. Estuve involucrado desde el principio en una reunión con el árbitro, directivos de los dos clubes, representante de la UEFA, los agentes de seguridad incluido un sargento de Scotland Yard. Llegó la noche del partido y ahí estaba en el palco de control con vista panorámica olvidándome del rol de cónsul y absorbido en el partido. ¡Fabuloso! Jugaba el actual ‘Míster’ del Celta, Eduardo Berizzo y ganó el Celtic 2-1 clasificándose para la segunda ronda. Desde entonces he sido aficionado a nuestro equipo local y he seguido la mayoría de los partidos hasta la fecha. Sin embargo sigo considerando el fútbol meramente como un deporte más. No me interesa ver un partido en donde gana el Madrid o el Barça por goleada. Cada vez que marca un gol Ronaldo o Messi, parece una escena de una ópera italiana. Luego están las lesiones ficticias. Un choque sin daño comienza la danza de los 7 velos. Aparte de los partidos del Celta, solo me interesan los campeonatos fuera de la Liga ya que es cuando se ve fútbol de verdad. Las copas de Europa, los internacionales y cualquier partido de los chavales, ejemplo sub-21. Ahora bien, ya me conozco a todos los jugadores de Mouriño, acudo a todos los partidos con mi peña del bar del barrio. ¡Y a sufrir por 90 minutos con un café o una copa de vino!

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