Opinión

Qué órgano del PSOE, en qué ponencia se aprobó la amnistía a conceder por Sánchez

Con la reconocida solvencia de sus asertos y palabra, de cuyo valor ha venido dando cuenta a lo largo de su mandato, tanto en el PSOE como en el Gobierno, el doctor Pedro Sánchez asevera que las decisiones dentro de su partido se toman colegiadamente. Es más, en enero de 2015, en un foro público afirmó (copio): “Es la Ejecutiva Federal del PSOE la que marca la línea política y también las alianzas del partido”. Y con respecto, sucesivamente, con los que luego serían sus socios y aliados y la oposición, sentenció: “Podemos dice lo que no piensa, y el PP hace lo que no dice. La gente se está dando cuenta”. Pero su más rotundo aserto es que “las posturas del partido ya no la decidían entre cuatro” Por eso, uno se pregunta en qué programa electoral del PSOE figura la amnistía, qué órgano colegiado del partido la ha aprobado, en qué ponencia o resolución de sus congresos fue tratado el asunto, o que resolución de su ejecutiva o de la comisión federal ha aprobado, propuesto o debatido este asunto, cuyas decisiones ya no se toman entre cuatro. Y lo mismo que sobre este asunto podría decirse sobre el cambio de postura sobre la posición incluida en su programa electoral, sobre el Sahara.

El PSOE, de modo expresado en el voto contrario a la amnistía, cuando el asunto fue planteado en el Congreso por los consocios de Sánchez, dejó constancia de su inconveniencia. ¿Qué ha cambiado para esta nueva postura? Insisto, dónde se ha decidido en un partido que, recuérdese, las grandes decisiones y el funcionamiento ordinario, se deciden colegiadamente como nos enseña el doctor Sánchez. Es lo que Ortega llamaba la medida de la miseria humana que, por desgracia anida en el que fuera partido de Besteiro y Fernando de los Ríos, ahora dirigido por un hombre que dice estar sustentado en rigurosos principios que impedirían llegar a la Moncloa con el apoyo del independentismo y que siempre cumple lo que dice.

Uno se pregunta cómo pueden aceptar esta trayectoria los votantes y militantes del PSOE. Es seguro que cuando Sánchez decía que tener a Podemos en el Gobierno le quitaba el sueño, asentían y suscribían este aserto. Del mismo modo que cuando dijo que su tuviera que elegir entre depender de ERC para subir la falcón y sus principios, se atendría a los principios, aparte de aquello de “no es no y nunca es nunca y si quiere se lo repito cien veces”., que marcó su línea roja con Bildu. Se supone que los adheridos a su partido y los votantes estuvieron totalmente de acuerdo. ¿Qué catarsis opera ahora? El fenómeno fue estudiado por los analistas de fenómenos de masas como el fervor, entre otros, con que los italianos de su tiempo seguían a Mussolini, bajo el principio “Mussolini ha sempre ragione”, o sea, Mussolini tiene siempre razón. Aunque nadie lo expresó mejor uno de sus turiferarios de por aquí, cuando afirmaba en un artículo laudatorio: “Pedro Sánchez no se siente concernido por sus palabras, sino por sus objetivos”.

Uno de sus edecanes, el consejero Iván Redondo, ahora en el diario del Conde de Godó, es el gran defensor de la amnistía, que se atreve a rebozar con rebuscadas citas para señalar que concederla es una necesaria oportunidad histórica hacia la paz territorial, sin que los beneficiados renuncien a uno sólo de sus actos delictivos al servicio de sus perseverantes objetivos. En este caso, traslado al espacio de la política, la palabra rebozar es la que más conviene, ya que significa “una técnica de preparación de un alimento, generalmente previa a su fritura, que consiste en cubrir dicho alimento con una cubierta que, además de protegerlo frente a la fritura, le aporta una textura crujiente y dorada. Con esta técnica el alimento cocinado queda crujiente en su exterior, pero tierno y jugoso en su interior”.

El 27 de mayo de 1977, antes de las primeras elecciones generales, Felipe González pronunció un histórico discurso en Vigo, en el que aludió a Cataluña con premonitorio sentido, y se refirió a las suspicacias que despertara dentro del PSOE algunas posturas del Partido Socialista de Cataluña, dada la aproximación de miembros del mismo al nacionalismo catalán, sin olvidar que funcionaba con total autonomía y que incluso tendría portavoz propio en el venidero Congreso. Un sector de jóvenes de la propia burguesía se metiera en el PSOE porque parecía la vía de ser progresista y moderno. Aún estaban lejos las cesiones de Zapatero a Maragall, la asimetría, el famoso estatut que expulsaba a parte del Estado de la vida ordinaria de la comunidad y el voto que más delante de 13 diputados, entre ellos Marixell Batet, a favor del referéndum, que el propio Rubalcaba hubo de sancionar, y todo lo que hemos ido viendo después. González dijera “Nosotros hemos resuelto ya, de momento un gran problema como era el entendimiento con el socialismo catalán”. En estos días, dada la entente y dependencia de Sánchez con el nacionalismo, resulta especialmente conveniente recordar cómo González marcaba la diferencia del socialismo con el nacionalismo burgués, como el catalán, que había tentado al propio PSC. La ministra de Educación y Formación Profesional en funciones y portavoz del PSOE, Pilar Alegría ha afirmado que las negociaciones con los grupos parlamentarios para la investidura del candidato socialista, que incluye la amnistía "avanzan de manera razonable". Y dice que la amnistía a los implicados en el procés no solo la piden los independentistas sino varias fuerzas políticas, que suman en total "57 diputados", o sea, una amplia mayoría a la que el PSOE debe ser sensible.

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