Opinión

Gayoso en Gayosilandia

Julio Fernández Gayoso vive en Gayosilandia, al otro lado de la verdad. Allí es el rey absolutista de siempre. Es feliz y se descojona de los infelices que tienen secuestrados sus ahorros por la fraudulenta venta de las preferentes y de todos los gallegos que ven peligrar la entidad financera construida con su dinero. Ni un ápice de humildad, ni el reconocimiento del más mínimo error. Eso sería humano. Él no lo parece. No tiene vergüenza. Llegó al Congreso con su viejo discurso, presumiendo de los logros sociales y económicos de su brillante gestión. No explicó por qué esa caja tan brillantemente gestionada es en realidad un agujero sin fondo. Se negó a hablar de las preferentes. Eludió pronunciarse sobre las indemnizaciones a ex directivos que él autorizó. Presumió de que él no había cobrado indemnización, pero no desveló ni el sueldo ni las compensaciones que percibió durante su mandato autoprolongado artificialmente. Dijo (sí, sí, lo dijo) que desde 2006 no mandaba en la caja. Vaciló a todos los diputados en el Congreso, a todos los gallegos. Y se quedó tan ancho.

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