Opinión

"El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia", transcendental para España

Es innegable el gran alcance de la pandemia. En lo social, lo económico o lo político, la situación derivada de la COVID-19 ha alterado drásticamente la realidad que conocíamos antes de 2020. Y la respuesta política no se ha hecho esperar. En España, la prioridad del Gobierno es salvaguardar la salud y el bienestar de sus ciudadanos. Para ello, se ha desplegado la mayor campaña de vacunación de la historia de nuestro país y se han implementado todas aquellas medidas encaminadas a erradicar la propagación e incidencia del virus. De hecho, combatir la pandemia y sus consecuencias es la primera de las prioridades del Gobierno, pero ¿cuál es la segunda? La reactivación económica y el empleo.

Desde el inicio de la crisis provocada por el COVID-19, han sido numerosas las actuaciones del Gobierno para reforzar el desarrollo económico. Su objetivo ha sido alentar el compromiso de país, aunando esfuerzos e involucrando a todos los agentes sociales para poder abordar de forma conjunta los enormes retos económicos y sociales a los que se enfrenta nuestro país. Los fondos europeos de recuperación, Next Generation EU, que recibirá España (140.000 millones entre 2021 y 2026) representa por sí una oportunidad extraordinaria. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española, es la herramienta principal, con la que cuenta el ejecutivo, para canalizar estos ingentes recursos de la UE, más de 70.000 millones de euros de subsidios a fondo perdido hasta 2023, para relanzar la economia y guiar la imprescindible transformación de nuestro tejido económico y social para hacerlo más productivo, eficiente, competitivo y resiliente ante futuras crisis. Dentro de este Plan existen cuatro ejes prioritarios de actuación transversal, que se sustentan en diez políticas palanca y treinta componentes, para articular los proyectos que modernicen el país: transición ecológica, digitalización, cohesión social y territorial e igualdad de genero, siendo la transición ecológica (39% de la inversión) y digital (29%) los más importantes, tanto en cuantía como en implantación.

Siguiendo las directrices fijadas por la Comisión Europea, el Gobierno articula el Plan en 110 inversiones bien estructuradas, coherentes y con mayor capacidad tractora sobre el conjunto de la economía y sociedad. Por su transcendencia y magnitud, cabe destacar las inversiones en movilidad sostenible, segura y conectada (13.200 millones de euros); rehabilitación de vivienda y regeneración urbana (6.800 millones de euros); modernización administración pública para adaptarla al siglo XXI (4.315 millones de euros); digitalización de Pymes y autónomos (4.060 millones de euros); despliegue conectividad 5G (4.000 millones de euros); desarrollo habilidades y competencias digitales (3.590 millones de euros); modernización y competitividad sector turístico (3.400 millones de euros) o bien el impulso sistema nacional de ciencia e innovación (3.380 millones de euros). Además, en paralelo se abordan un conjunto de 102 reformas necesarias y urgentes en nuestra economia, para garantizar no sólo la sostenibilidad de las cuentas públicas, sino también la dinamización y competitividad de la economía. Estas abarcan ámbitos diversos como el sistema energético, la enseñanza y la formación profesional, el sistema público de pensiones, mercado laboral o bien la reforma del sistema fiscal. Los ingentes recursos que moviliza el Plan, su transversalidad y gran alcance demandan la necesaria y obligada colaboración de todas las Administraciones Públicas, empresas y agentes económicos y sociales, un hecho que es de vital importancia para hacer de este un verdadero proyecto de país para las próximas generaciones.

Este es un Plan transcendental. El proyecto económico más ambicioso de nuestra historia reciente para impulsar y modernizar España. La determinación del Gobierno es firme: construir un país más verde y sostenible, más digital, cohesionado social y territorialmente y con igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres. Un proyecto de futuro para promover la recuperación en el corto plazo; abordar la necesaria modernización del tejido productivo a medio plazo y a largo plazo lograr un desarrollo sostenible y resiliente desde el punto de vista económico, social, territorial y medioambiental. Un horizonte de progreso y bienestar para los ciudadanos. Un horizonte de futuro para las generaciones venideras. No podemos fallar.


(*) Portavoz Socialista de Transformación Digital en el Congreso de los Diputados

Te puede interesar