Es innegable que la digitalización es un proceso imparable. En una situación inédita debido a la pandemia, hemos sido participes de como la tecnología se colaba en todos los rincones de nuestras vidas. En nuestro trabajo, en nuestra casa o en nuestro ocio las nuevas tecnologías digitales son parte esencial. Y es que si a nivel individual la digitalización es un proceso imparable, también lo es a nivel económico y social.
El progreso de las sociedades avanzadas pasa por apostar firmemente por la digitalización de sus economías. Este debe ser un compromiso firme, sin dilación. Desde la iniciativa pública hasta la privada, pasando por todos y cada uno de los agentes económicos y sociales, todas las piezas del puzzle que conforman la sociedad deben implicarse en este proceso. Apostar por la digitalización significa apostar por el futuro. Los datos lo avalan. En 2021, el 40% del PIB europeo estará digitalizado y el 60% en 2022. Estas son cifras lo suficientemente altas como para considerar las nuevas tecnologías digitales como imprescindible en la planificación económica, pero se estima que su potencial es aún mayor. Los expertos señalan que en 2030 su aportación superará los 2,2 billones de euros al PIB de la UE. No podemos dejar pasar esta oportunidad.
Por ello, el Gobierno de España acaba de presentar el Plan España Digital 2025. Este Plan movilizará una inversión pública de 20.000 millones en los próximos tres años. Sólo en 2021 la inversión española en digitalización y telecomunicaciones ascenderá a 4.230 millones de euros, cómo se refleja en los Presupuestos Generales del Estado para 2021. A esta cuantía habría que sumarle 50.000 millones de euros más provenientes del sector privado. Esta cifra refleja un importante hecho: la colaboración entre los sectores público y privado es fundamental. La transversalidad y el gran alcance de este Plan demandan la implicación de todos los agentes económicos y sociales, y a su vez alienada con la estrategia digital de la Unión Europea. Solo así los beneficios de la digitalización alcanzaran al conjunto de la economia y sociedad. Una digitalización sostenible, justa e inclusiva, para que nadie se quede al margen, y sobre la que se asiente la recuperación económica de España.
El Plan España Digital 2025 se articula en 10 ejes estratégicos, abordando los diferentes ámbitos de la digitalización. Estas actuaciones se centran en promover la conectividad digital, el despliegue del 5G, reforzar la capacidad en ciberseguridad, la digitalización en las Administraciones Públicas y de las empresas, en especial, pymes y startups, el desarrollo de proyectos tractores como el agroalimentario, movilidad, salud, turismo, comercio o energía, el impulso de España como un hub de producción audiovisual, el desarrollo de la economia del dato y la inteligencia artificial, o bien la garantía de derechos digitales de la ciudadania en el nuevo entorno digital. Además, para incidir de forma más concreta en la aplicación de las diferentes estrategias se han diseñado 48 medidas. De estas medidas, repartidas entre los 10 ejes, cabe destacar las que acaba de presentar el Gobierno: el Plan de Conectividad y la Estrategia para el despliegue del 5G con una inversión pública de 4.320 millones de euros hasta 2025 (883 millones ya previstos e los Presupuestos del 2021) y la Estrategia en Inteligencia Artificial que realizará una inversión pública de 600 millones de euros entre 2021 y 2023 (330 millones previstos en los Presupuestos de 2021).
Este Plan impulsará la digitalización completa de nuestra economía y sociedad de forma sostenida y sostenible, priorizando la vertebración económica, social y territorial del país. Una auténtica reforma estructural para el futuro. Contamos con una oportunidad única: la inyección de una ingente cantidad de recursos procedentes de los fondos de la Unión Europea y los presupuestos para 2021. La apuesta por la digitalización es una apuesta de futuro. Porque la España que viene será digital.
* Diputada Socialista en Congreso de los Diputados y Doctora en Economía Universidad de Vigo.
