Opinión

Digitalizacion y desigualdad de género en tiempos de pandemia

La pandemia del COVID-19 ha conllevado la utilización masiva de los medios digitales. El teletrabajo, las aulas virtuales, el comercio electrónico o bien la administración electrónica han formado parte de nuestro día a día. En España, la adopción acelerada de tecnología y uso de internet ha permitido seguir interactuando en el ámbito sanitario, económico y social, pero ¿ha sido este proceso de digitalización equitativo entre mujeres y hombres? A este respecto, el reciente informe Indicadores de Género de la Sociedad Digital, elaborado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, es contundente: la brecha digital de género es real y se ha perpetuado y acrecentado en tiempos de pandemia.

En el último año, el 91% de hombres y mujeres accedían regularmente a internet. Sin embargo, si analizamos las actividades que realizan estas divergen notablemente. Así, tareas de cuidado en entorno familiar como la salud, la educación o la comunicación digital tienen un sesgo femenino. Son ellas las que más conciertan citas médicas online, son ellas las que más utilizan la red con fines educativos y son ellas las que más mensajes o videollamadas realizan. ¿Y qué sucede con el uso recreativo de internet? Justamente lo contrario. La descarga de juegos, ver películas y videos o la lectura de noticias son realizadas en mayor porcentaje por los hombres. “Que todo cambie para que todo siga igual.” Giuseppe Tomasi di Lampedusa.

En cuanto al comercio electrónico apenas se observan diferencias en su uso entre mujeres y hombres. Pero, ¿y si analizamos los hábitos de consumo electrónico? Es ahí cuando las desigualdades afloran. La ropa, cosméticos, productos de puericultura y servicios culturales son demandados principalmente por mujeres, mientras que los bienes tecnológicos, deportivos y contratación de otros servicios llenan las cestas virtuales de los hombres.

Se evidencia que el teletrabajado en España se ha acelerado a partir de 2020, hasta alcanzar un nivel similar al europeo -16% de la población activa- e implicando más a mujeres (17,2%) que a hombres (15%). Es destacable que son las mujeres de 35 a 45 años las que más han adoptado esta modalidad. Aunque la naturaleza del teletrabajo conlleve una mayor flexibilidad, las mujeres siguen siendo las que más problemas de conciliación presentan al tener una mayor carga familiar y de cuidados que los hombres.  

Ahora bien los dos ámbitos en los que la brecha de género se hace más pronunciada son el uso de la administración electrónica y la formación y especialización en TIC. El uso de la administración electrónica (envío y descarga de formularios, obtención de la información en webs públicas o interacción con las autoridades públicas) por parte de las mujeres (61%) es menor que el de los hombres (64%). Lo más preocupante es que esta brecha de género aumenta hasta los 12 puntos porcentuales para las personas mayores de 55 a 74 años. En cuanto a los especialistas y graduados en TIC, la brecha de género es abismal. Mientras que sólo el 0,5% de las graduadas en España son en disciplinas TIC, el porcentaje de hombres en esta área es siete veces mayor (3,5%). Esta realidad repercute drásticamente en el mercado laboral: El 80% de los trabajos TIC son ocupados por hombres.  

Todos estos indicadores demanda una actuación rápida y eficaz. Y así lo ha hecho el Gobierno de España con la aprobación de la Agenda España Digital 2025. Con sus 10 ejes estratégicos y casi 50 medidas, este plan actúa en todos los ámbitos de la economia y sociedad para reducir la brecha digital de género. Este es el camino a seguir. Garantizar que las mujeres participen plena y equitativamente de este proceso no sólo es una cuestión de justicia, sino que es imprescindible para abordar los enormes retos que nos depara la sociedad del siglo XXI. Un sociedad que será más digital, sostenible, justa e inclusiva. Un sociedad en igualdad.

* Portavoz Socialista de Transformación Digital en el Congreso Diputados
 

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