Opinión

trasvase, sí desde luego

Los embalses de Vigo, Eiras y Zamáns, se han normalizado y esa es la mejor noticia. El caso de Eiras, llamativo: después de tocar fondo y quedarse en el 37 por ciento de su capacidad, en sólo un fin de semana de lluvias intensas -el paso de la borrasca "Ana"- recuperó el 80 por ciento, que en invierno equivale a subir al máximo. Dice mucho de quienes decidieron construir en esa zona la presa -uno de los lugares más lluviosos de España- y también de que se ha producido un cambio en Galicia en cuanto a las precipitaciones: como explicaba hace unos días un responsable de Meteogalicia, vienen a ser las mismas pero repartidas de forma muy distinta, con aguaceros en forma de tormentas. En Eiras se recogieron en diez días más de 400 litros.
Como es lógico, la mejora absoluta de las reservas -ahora hay de nuevo agua para seis meses como mínimo- ha desactivado la alarma de sequía, pero el problema sigue encima de la mesa y antes o después se volverá a presentar. Y para entonces Vigo necesita disponer de más bazas. El trasvase del Salto de Laforet en el Verdugo hasta Eiras parece una solución razonable para contar con más opciones a la hora de repartir el abastecimiento. Que no sea por urgencia y sí por el trámite normal sólo acumulará más meses de obras, pero lo importante es que el compromiso sea firme y se pueda realizar este año, sin más dilaciones por si hay dificultades. Los alcaldes de Pontecaldelas y Soutomaior, por asuntos internos, se oponen a una obra que será beneficiosa para todos. Incluidos sus propios vecinos. Trasvase, sí, y este año.

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