Opinión

El DELEGADO DE A CORUÑA

La Delegación del Gobierno de Galicia está radicada  en A Coruña por una cuestión conocida: una vez decidido que la Xunta estaría en  Santiago, la capital herculina parece que tenía que recibir algún tipo de compensación para evitar “agravios” y el pago fue ése. Y de paso, la sede del Tribunal de Galicia también se quedó en la misma ciudad, lo que en sí mismo no es bueno ni malo pero supone una doble excepción en España. Algún día habrá que reclamar de verdad que al menos el tribunal gallego tenga una sección en Vigo por pura compensación. Mientras tanto, al menos que se reabra la oficina local de la Subdelegación del Gobierno, cerrada hace unos años. La nueva titular, la viguesa Ana Ortiz, está dispuesta a buscar un espacio para algo tan normal como poder despachar en la primera ciudad de Galicia y por tanto de la provincia, pero no parece que vaya a ser fácil algo que no tendría que pasar de un sencillo trámite para reponer lo que ya hubo.
Porque lo que sabíamos era que la Delegación del Gobierno en Galicia estaba en A Coruña, pero no que fuera la Delegación de A Coruña para Galicia. Este sábado, el delegado del Gobierno decidió dar en A Coruña una rueda de prensa para presentar el resultado policial de la investigación realizada por la Policía de Vigo y dirigida desde un juzgado de Vigo sobre una red de narcotraficantes que quería implantarse desde Vigo, donde fueron detenidos la mayoría de los integrantes del clan colombiano. Así de surrealista fue que las explicaciones las diera en A Coruña y no donde tocaba. 
Quizá sólo haya dos posibles explicaciones: que el delegado del Gobierno tenga una sensibilidad nublada por su sede única coruñesa –como si Feijóo no pudiera dar una rueda de prensa fuera de la Presidencia en Santiago- o por temor a enfrentarse a las preguntas de la prensa viguesa, que conocía bien el asunto. De una u otra forma, una extraña forma de entender Galicia.

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