Opinión

la conjura inexistente

Están los conspiranoicos lanzados. No me refiero a los que sostienen que en el Área 51 hay una colonia extraterrestre con platillos llegados desde Ganímides -emocionados por la confirmación oficial de que Estados Unidos tiene una base militar, lo que nadie negaba- ni a los que han llegado a la conclusión de que Kennedy fue víctima del KGB y los celos del esposo de una amante del rijoso presidente -al parecer un exagente ruso lo negó, pero no pasó la prueba del detector de mentiras- y ni siquiera hablo de los testimonios de huellas del Yeti o de la aparición de Elvis, sino de asuntos mucho más serios por cuanto hay quien se los cree. 'Faro', que igual que el titular del Concello sostiene la existencia de una conjura urdida por personas e instituciones con el objetivo de cerrar Peinador, fue el periódico que alentó y promovió la mayor campaña lanzada contra Vigo. Y esta sí existió. Hace diez años puso todos sus medios para impedir la ampliación del puerto, base de la economía local, como acaba de confirmar el Ministerio de Fomento al publicar la lista de las 200 ciudades del mundo con mayor tráfico marítimo. Entre ellas se encuentra Vigo, y no gracias a 'Faro', que hizo cuanto estuvo en su mano para evitar que funcionara la terminal. Aquello sí era una operación de liquidación, con ayuda institucional, la del ayuntamiento, socio necesario para conseguir que las obras estuvieran paralizadas durante años mediante un contencioso judicial que tardó cinco años en resolverse. Cuando se dictó sentencia, a favor del Puerto y contra la coalición mediático-política, el daño ya estaba hecho al haber pasado del ciclo alcista a la crisis económica. Además, en 2006 Maersk no pudo instalar su base en Vigo y se fue a Málaga al no haber terreno disponible en los muelles....

Peinador es un asunto serio, pero pregonar la existencia de una conspiración de la Xunta, A Coruña y Santiago contra Vigo sólo sirve para distraer y perder perspectiva. El problema exige estudiar las causas y plantear soluciones adecuadas. Lavacolla se queda sin ayudas de la Administración gallega y quizá su ayuntamiento las asuma. También, aunque no sea lo mejor, podría hacerlo Vigo, pero partiendo de propuestas sensatas, con plazos y exigiendo resultados. En definitiva, sin propaganda.

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