Opinión

El Camino de Santiago

Contaba esta semana el Concello de Baiona que el Camino Portugués de la Costa había incrementado en un 45 por ciento su número de peregrinos, con datos cuantificados en su oficina de turismo. Suena espectacular, aunque las cifras son todavía  muy reducidas, pero parece cuestión de tiempo que el paso de caminantes convierta el itinerario del litoral a Santiago en un éxito. Es el único cerca del mar de todos los oficiales y cuenta con otro atractivo, el monasterio de Santa María de Oia, uno de los dos o tres más importantes de Galicia, al lado de Oseira y Sobrado. El edificio es una ruina pero puede recuperarse, como hoy contamos, siempre que haya voluntad política para ello. La empresa promotora es la viguesa Residencial Monasterio de Oia, que lleva ya más de doce años a la espera de permisos. Antes o después los conseguirá.
El Camino Portugués por la Costa sólo necesita una señalización precisa y eso es lo que ahora falla. Hace unos días la directora de Turismo de Galicia, Nava Castro, presentó los indicadores que se instalarán, pero ese día no apareció ningún representante de los ayuntamientos con alcalde del PSOE y el regidor vigués directamente atacó el acto, que no era más que una presentación en la calle. Vale que sea parte del toma y daca político, pero una vez superada la fase de las declaraciones, toca ponerse a lo que interesa: que el Camino Portugués por la Costa esté bien indicado desde A Guarda hasta Redondela y muy especialmente a su paso por la ciudad de Vigo, donde antes o después se construirá el prometido albergue jacobeo. Cualquier veto sería un disparo en el propio pie. Otro más.

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